¿Nos creeríamos hoy un anuncio radiofónico alertando de una invasión extraterrestre?

Rubén Fernández 30/10/2018 23:49

El 30 de octubre de 1938 está marcado en el calendario como un momento histórico para la radio. Fue el popular Orson Welles, actor director y productor, junto a otros compañeros actores, los que generaron una enorme alarma entre la civilización estadounidense después de que anunciasen en un programa de radio que los extraterrestres estaban invadiendo Nueva Jersey.

Pese a que realmente todo formaba parte de la dramatización de la famosa obra de ‘La Guerra de los Mundos’, de Herbert George Wells, en un programa guionizado que formaba parte de un serial semanal de este tipo, y a pesar de que durante la emisión había matizaciones que recordaban que todo formaba parte de una teatralización, fueron muchos los que realmente se creyeron que una contienda de alienígenas llegados desde Marte habían irrumpido en la Tierra con su armamento avanzado para conquistarla.

La forma en que se realizó el anuncio, parando repentinamente la emisión de distintas piezas musicales, el tono de alarma, la interpretación y la incertidumbre y el miedo que despertaba entonces en muchos ciudadanos la vida inteligente más allá de nuestro planeta, terminó por hacer que multitud de espectadores saliesen a las calles aterrorizados, protegiéndose incluso la cabeza contra el gas que supuestamente los invasores estaban utilizando. Porque, durante la emisión, varios actores interpretaban a testigos de Nueva Jersey que aseguraban haber visto “extrañas criaturas” disparando con armas futurísticas un rayo de calor que había matado a docenas de personas.

La repercusión fue tal que, a pesar de los incisos del programa para hacer ver que todo era parte de la ficción, el propio Orson Welles tuvo que expresar sus disculpas por la situación de pánico provocada, que llegó a las portadas de algunos de grandes rotativos, tal y como informa Live Science.

Welles no esperaba que todo fuese a alcanzar esa magnitud: “Fue un shock darme cuenta de que había causado esa oleada de terror”, manifestó apenas dos días después, como recogió The Daily Princetonian.

Aunque, como precisa Live Science, entre los astrónomos de la época ya sabían que tal cosa no podía producirse y no concebían probable que una forma de vida inteligente pudiese proceder de Marte dadas las características del Planeta Rojo, lo cierto es que entre la sociedad llegó a cundir el pánico.

¿NOS LO CREERÍAMOS AHORA?

A este respecto, la pregunta que nos hacemos es ¿podría llegar a suceder lo mismo ahora? ¿Podría parte de la población creerse un anuncio así? Y en este punto nos encontramos con dos circunstancias a tener muy en cuenta. La primera, que desde entonces el avance de la técnica ha sido enorme, y las herramientas que se emplean, tanto de detección como de exploración planetaria son muy superiores a las de antaño. Y con todo ello se sabe que Marte no es el hogar de ninguna civilización alienígena avanzada con flotas espaciales y maquinaria militar futurista y letal. Nada más lejos. De hecho, lo que la NASA pretende en su misión ‘Mars 2020’ (Marte 2020) es enviar un Rover para explorar las condiciones de habitabilidad del planeta y la existencia de alguna forma de vida microbiana. Porque si en algo se depositan las esperanzas de vida más allá de la Tierra es, en primer lugar, no en las formas de vida inteligentes sino en la de los microorganismos capaces de sobrevivir en ciertos entornos. Con todo, en este caso lo que se levantaría es sorpresa y expectación, en lugar de pánico.

Sin embargo, por otro lado, la otra cuestión en la que debemos reparar es en que dicho avance en la técnica no solo afecta a lo relativo al campo de la Astronomía y la Ciencia. También en lo que respecta a los medios de comunicación la progresión ha sido enorme, y eso, como ya sabemos en plena era digital, puede ser también un arma de doble filo de caer ésta en manos equivocadas.

Para entender esto último basta reparar en un término muy de moda en la actualidad, especialmente si nos sumergimos en el vocabulario más recurrente del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, responsable en buena parte de popularizarlo: ‘Fake News’. O dicho en castellano, ‘Noticias Falsas’.

Con la plena irrupción de las redes sociales como herramienta indispensable en Internet, –red de redes–, lo cierto es que la difusión de bulos y rumores adquiere –todavía más– la capacidad de propagarse como la pólvora si su emisor, con fines maliciosos o no, así se lo propone. Por esta razón, en un mundo digital –el de Internet– en el que reina la saturación de la información, se hace indispensable realizar un trabajo destinado a filtrar y contrastar cuál es la información veraz y valiosa.

Hoy, afortunadamente, la mayoría de la población tiene acceso al conocimiento compartido por los científicos al respecto de los nuevos descubrimientos en el campo de la astronomía, pero ello no significa, necesariamente, que en este y otros ámbitos no estemos expuestos a llevarnos la sorpresa de creernos algo que, realmente, no es.