Cubierta con una capucha negra, apenas 24 horas después de presuntamente matar a su madre, Sasha volvía al lugar del crimen para reconstruir los hechos. Allí confesó los hechos, aunque admitió que no recordaba cuantas puñaladas le dio.
La chica fue localizada horas antes a 70 kilómetros de la localidad de Banyoles, en un domicilio familiar en playa de Aro, donde se refugió tras el asesinato.
Los allegados dicen que, de origen ruso fue adoptada con tres meses y tenía problemas psicológicos. “Era muy buena chica, no nos hacemos a la idea de los que ha pasado”.
Fue su hermano quien encontró a la madre, Carme, de 53 años, muerta en un charco de sangre a los pies de la cama. En la habitación había una nota manuscrita.
Los agentes intentan averiguar ahora que la movió, que ocurrió exactamente para que asesinase a sangre fría a su madre. Hoy está previsto que pase a disposición de la Fiscalía de menores, que solicitará al juez su internamiento en régimen cerrado, el equivalente a la prisión provisional en adultos.