Un año después del asesinato de la joven de 26 años zamorana Laura Luelmo la justicia se mantiene pendiente. Bernardo Montoya, detenido el 18 de diciembre de 2018, sigue sin sentarse en el banquillo, acusado de asesinato, retención ilegal y violación.
El cuerpo de la joven profesora fue hallado con signos de violencia en la zona conocida como Las Mimbreras a las afueras de El Campillo, donde residía en la misma calle que su presunto asesino. La joven estaba recién llegada a la localidad para impartir clases en el instituto del vecino municipio de Nerva cuando Bernardo Montoya la puso en la mira.
Montoya, con graves antecedentes penales por el asesinato de una anciana, se encuentra en la prisión sevillana de Morón de la Frontera a la espera de un juicio que sigue sin fecha. Este hombre confesó el crimen en el interrogatorio policial y posteriormente cambió su declaración acusando a su exnovia.
El presunto culpable de los delitos de asesinato, detención ilegal y agresión sexual ha pedido en varias ocasiones su puesta en libertad, siendo ésta rechazada por el juzgado. Su abogado, Miguel Rivera, pidió una prueba médica para demostrar supuestos problemas de erección con vistas a demostrar, la imposibilidad de agresión sexual, así como ha solicitado pruebas testificales y el análisis del teléfono de Montoya para que se estudien los mensajes de su expareja.
La investigación sigue su curso en el Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino y todo parece indicar que Montoya y su exnovia, Josefa Carmina G.C., serán juzgados por un jurado popular.