Hasta el momento la búsqueda de Julen ha sido infructuosa desde que este domingo el niño cayera en el pozo de más de 100 metros, mientras jugaba. El equipo de rescate ha conseguido introducir una cámara que después de 73 metros se ha tropezado con una gruesa capa de arena, probablemente sobre el pequeño. Fuentes de la Guardia Civil no pierden las esperanzas de encontrar al pequeño con vida.
Ahora se barajan tres opciones para poder acabar las operaciones con éxito. La primera de ellas es la perforación de un pozo paralelo con un diámetro de 1,5 metros, la perforación de un pozo desde la ladera de la colina y la extracción de arena en el pozo existente con una fuerza de mayor potencia a la usada hasta el momento.
El dispositivo ha superado la barrera de 30 centímetros de arena y continua su paso, aunque las condiciones de visibilidad son reducidas, según ha advertido el jefe de la jefatura de la Guardia Civil, en Málaga, al frente de la operación de rescate.
Las incógnitas que plantea el rescate y su problemático son muy elevadas. Este lunes por la mañana, gracias a la cámara se encontraba una bolsa de chuches que llevaba Julen, aunque ningún otro rastro del niño. Los expertos creen que las paredes del pozo pueden haber sufrido desprendimientos de tierra y arena que podrían haber caído sobre el fondo. "El problema es que sigue cayendo material, se compacta, es húmedo y la zona es fría... En definitiva, no es fácil seguir rastreando ahí", ha explicado la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, que ha dejado claro, no obstante, que se continúa profundizando.