Rescate de Julen: Los mineros "no van a descansar" hasta encontrar al pequeño

Rubén Fernández 25/01/2019 01:11

La espera ha sido agónica y angustiosa pero la operación de rescate de Julen encara por fin su recta final. Ha sido a las 17.45 de la tarde de este jueves cuando se producía el esperado momento en que los especialistas de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, Asturias, pasaban a la acción.

Expertos en el rescate en profundidad, se afanan en excavar, de forma manual, los cuatro metros destinados a conectar el túnel vertical perforado en paralelo al pozo de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad por el que cayó Julen con el punto exacto del mismo en el que esperan encontrarle.

Las dificultades contra las que trabajan los mineros

Al igual que todas las otras fases de la operación, esta tampoco es una tarea fácil. La asumen por equipos de dos y con relevos que, en la teoría, se estiman de 40 minutos aunque pueden llegar a excederlos.

Llevan 15 kilos a la espalda del equipo de respiración que llevan por si hay gases tóxicos. El oxígeno en el lugar se recicla; es siempre el mismo y se calienta, por lo que en esas circunstancias la sensación de claustrofobia es enorme. Además, trabajan con hacha, pala y martillos neumáticos, que pesan más de cinco kilos, y se enfrentan

La principal dificultad es, una vez más, el terreno: no solo por lo reducido del espacio de trabajo sino, principalmente, por su dureza. De resultar demasiado duro, los miembros de la Guardia Civil van a realizar microvoladuras explosivas.

Por el contrario, en las partes de tierra blanda, los mineros tienen que apuntalar a cada paso con vigas de madera para evitar desprendimientos y derrumbes.

“Debemos tener paciencia en el sentido de los tiempos marcados por el equipo de rescate. Puede llevar hasta 24 horas”, ha dicho un portavoz de la Guardia Civil, apostillando que los cálculos, que se toman en cuenta desde el momento en que han entrado en acción los mineros, han de asumirse con cautela.

Las fases del tramo final de la operación

Los mineros trabajan de forma incesante. Cuando suben dos mineros ya están otros dos preparados para bajar en la cápsula de 1,05 metros de diámetro y 2,5 metros de altura preparada para la ocasión.

Al llegar a la mitad del tramo de cuatro metros, la apertura de un pequeño orificio está prevista para introducir una cámara que será controlada de forma remota para intentar verificar que Julen se encuentra en el lugar y su estado. Tras ello, continuarán con los otros dos metros restantes.

No obstante, en este sentido se prevén varios escenarios. Junto a los ocho expertos mineros, se encuentran también los citados miembros de la Guardia Civil y también varios integrantes del Consorcio Provincial de Bomberos, hasta formar, en conjunto, un total de 26 efectivos. Todos están preparados para la acción. Todos tienen su cometido.

Si los mineros, tras excavar la mitad del recorrido e introducir la cámara comprueban que Julen se encuentra en el lugar y con vida, ellos mismos podrían evacuarlo rápidamente.

De existir complicaciones, serán los guardias civiles de montaña, expertos en espeleología, los que entrarán en acción. Están cualificados para sacar a gente atrapada de sitios imposibles y, además, su labor de policía judicial es muy importante. Por eso deben fotografiar o filmar la posición del niño, clave para reconstruir cómo cayó. Más allá, recogerán los vestigios que haya y vean alrededor, y por eso tres guardias especializados harán la inspección ocular.

En el momento en el que Julen sea localizado, el juez, el secretario y el forense serán llevados al pozo en el helicóptero. Tras ello, subirán al pequeño. Si Julen está herido, el helicóptero se utilizará para evacuarlo. Si no hubiera sobrevivido, allí en superficie se harán las primeras comprobaciones forenses que la autopsia tendrá que ratificar posteriormente.

No obstante, la irrupción de los mineros en la operación ha arrojado esperanza para una familia devastada. Los padres de Julen se aferran a esa convicción de los mineros: “Ningún minero se les ha quedado en la mina. Siempre lo han conseguido sacar”, expresaba el coordinador de la maquinaria de rescate, en referencia a la brigada de expertos. Y ahora Julen, para ellos, es un minero más.