Julia Roberts ya se rebeló en Cannes a la imposición de los tacones subiendo la escalinata roja descalza, lo mismo que hizo después Kristen Steward y ahora es otra actriz la que ha llevado la batalla a Japón.
Las japonesas han dicho basta, hartas de esta dictadura en el trabajo. El movimiento se llama ku too y en las redes, la petición anti tacones lleva ya más de 20 mil firmas.
La respuesta del Gobierno por parte del ministro de salud, trabajo y bienestar, ha sido admitir que considera necesaria la obligación de llevar tacones. Es decir, no consideran sexista el código de vestimenta que imponen las empresas.
Son varios los casos que se han dado de empleadas que han tenido problemas por negarse a llevar tacones. Una guía turística fue suspendida 6 meses de empleo y sueldo por negarse a llevar tacones. La empleada llevó el caso a los tribunales y ganó, la justicia consideró discriminatoria la imposición.
Otro caso parecido sucedió en Reino Unido, donde a una recepcionista le mandaron volver a casa por llevar zapato plano, exigiéndole mínimo 5 centímetros de tacón.
Por otro lado, una compañía aérea noruega de bajo coste pretendía exigir un certificado médico a las azafatas para poder librarse de los tacones. Finalmente tuvo que dar marcha atrás tras las quejas en las redes sociales. La batalla contra la dictadura del tacón ha despegado