¿Son deberes o es Educación?

Enrique Pérez 27/11/2016 09:57

La huelga de deberes no ha gustado a todos pero, a pesar del enfrentamiento entre padres y docente todos están de acuerdo en la necesidad de una “reforma educativa” que pase por “un pacto previo”.

La iniciativa incluso ha llegado hasta el ministerio de Educación, su titular Íñigo Méndez de Vigo, se ha mostrado partidario de introducir este tema en las negociaciones del pacto educativo, tal y como anunciaba recientemente el representante de los padres y madres de la escuela pública, José Luis Pazos.

Pero hasta llegue ese pacto que todos reclaman, los cambios empiezan a producirse.

Isabel Vizcaíno: "El cambio puede llegar desde abajo"

Desde hace tiempo, el CEIP Núñez Arenas, en el sur de Madrid, ha cambiado la pedagogía tradicional por la innovación educativa. En nuestro país son cada vez más los centros que buscan herramientas para mejorar la docencia que imparten a sus alumnos, algo que les sitúa en la senda que emprendió hace tiempo Finlandia con su exitoso sistema educativo.

Isabel Vizcaíno, da clases de Primaria en las aulas del Núñez Arenas. Con más de 20 años dedicada a la docencia es una de las profesionales españolas que más sabe sobre pedagogías de vanguardia, prueba de ello son los múltiples galardones que jalonan su carrera.

A Vizcaíno, en línea generales le "parece bien" la huelga de deberes", aunque matiza, cree que es posible un sistema sin tareas "siempre y cuando las actividades que se realicen en el aula sean significativas, motivadoras y que lleguen al individuo desde el interés, la acción, la experimentación y el trabajo con sus iguales".

Rechaza que la cuestión sea solo de deberes sí o no. Reclama "un cambio de sistema educativo con metodologías activas que busquen la participación de los chicos y chicas" y en las que las tareas se "contextualicen en función de cada alumno, en función de la capacidad de cada individuo y, por supuesto en función de las posibilidades socioeconómicas y culturales del entorno".

Vizcaíno está convencida de que, más que nunca, "estamos cerca de alcanzar un pacto educativo" y de que este "puede llegar desde abajo pero también desde arriba" aunque expresa su temor a que "se lleve nuevamente desde la desconexión con la realidad de las aulas y sobre todo de la realidad de la escuela pública".

Crítica con la LOMCE, asegura que no todo en esta ley está mal y para ello apunta a "las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato", algo que, según ella, "si en todos los colegios se tuviera en cuenta, no estaríamos hablando de huelga de deberes".

Los padres piden alternativas a los deberes

También hay padres y profesores que ven en los deberes “un riesgo muy importante de desmotivación y de que el niño pierda el interés por el aprendizaje”. Es el caso de Bei y Miguel Ángel. Este matrimonio refleja perfectamente cómo se intenta avanzar hacia una nueva pedagogía desde abajo.

Bei mantiene un blog que informa sobre las nuevas pedagogías sobre las que les gustaría que avanzara la reforma educativa en España. Miguel Ángel, por su parte, es profesor en un Instituto madrileño y está convencido de que los deberes “no son imprescindibles”.

Bei también duda sobre su eficacia, “el problema que yo le veo a los deberes es que no está claro si lo que aportan es mejor que lo que beneficia”, asegura”. Por ello Miguel Ángel propone que “si verdaderamente queremos imprimir un cambio, los deberes creo que tenían que tener cada vez mucho menor peso”.

Su propuesta de que las tareas tengan “menor peso a la hora de contar para la nota” se compensa con “otro tipo de alternativas u otro tipo de herramientas en el aula basándonos en las nuevas tecnologías o incluso visitando museos, haciendo diferentes actividades que no se centren en estar exclusivamente en estar sentando en una silla”.

Ambos creen que el actual sistema educativo es un “modelo gastado, por mucho que se quieran empeñar multitud organismos e instituciones”, por lo que emplazan a los padres para que trabajen en un cambio que forme a “personas integrales” y “emocionales”.