La fruta es el alimento clave para llevar el día a día con más energía, además, es indispensable para salud diaria de las personas, y más si se hace ejercicio de forma cotidiana. La fruta es fuente de vitaminas, beneficiosas para la hidratación y fortalecimiento del cuerpo.
A pesar de que todas las frutas nos ayudan en la rutina de hacer ejercicio, unas son más oportunas que otras para tomarlas antes o después de las actividades físicas. Esto se debe al índice glucémico, que se utiliza para medir los niveles de glucosa en sangre. La glucosa es una aldohexosa importante para un buen rendimiento y recuperación del cuerpo.
Antes de hacer ejercicio o ir al gimnasio es preferible consumir fruta con un índice glucémico bajo, como la pera, los frutos rojos o la manzana. Estas frutas ayudan a la hidratación, y aportan gran cantidad de vitaminas y, algunas, pectina, sustancia que ayuda a la eliminación del colesterol malo. Las cerezas, moras o fresas también son oportunas antes de las actividades físicas, ya que nos aportan antioxidantes. Las frutas cítricas, como la naranja, nos refuerzan el sistema inmunológico y son ricas en vitamina C, importante para un mejor rendimiento.
Por otra parte, están las frutas que tenemos que consumir después del gimnasio o el ejercicio. Estas, al contrario que las anteriores, deben tener altos niveles de glucosa, como el plátano, el melón, la sandía, el mango o los dátiles. Estas le darán a nuestros músculos la energía que necesitamos cuando nuestro cuerpo esté cansado. La gran cantidad de agua que contienen las frutas más veraniegas, el melón y la sandía, evita la deshidratación tras la sudoración del ejercicio físico. El plátano es uno de los alimentos naturales con más glucosa, además contiene fructosa, que nos ayuda a eliminar carbohidratos.