Continúa la investigación del caso del bebé arrojado al río Besós

  • La fiscalía trata de reconstruir las últimas horas de los padres, dos menores de 16 años

Muchas preguntas sin respuesta rodean el caso del bebé arrojado por su padre, de 16 años, al río Besós cuyo cadáver fue localizado ayer.

La fiscalía investiga el caso como un asesinato y trata de reconstruir las últimas horas de los padres, dos menores de 16 años que mantuvieron oculto el embarazo a sus familias.

Al parecer la pareja reservó el lunes una habitación en un hostal a 20 kilómetros del río, en ella y sin ningún tipo de asistencia médica nació el bebé. A la mañana siguiente limpiaron el dormitorio y abandonaron el lugar como si nada hubiera ocurrido, se fueron con una maleta hasta Sant Adrià de Besòs y ya por la tarde se separaron.

Lo siguiente que se sabe es que el padre arrojó al niño al agua al verse sorprendido por un vecino cuando trataba de enterrarlo en la orilla. Después acudió a un bar pidiendo ayuda porque decía que le acababan de atracar en una rocambolesca y poco creíble historia.

Finalmente llamó por teléfono a su padre y juntos fueron a confesar lo sucedido a la comisaria de Hospitalet de Llobregat, donde viven. El juez ha decretado como medida cautelar su internamiento en régimen cerrado durante seis meses en un centro de menores con posibilidad de prorrogarlos tres meses más. Ella está en libertad al coincidir ambos en sus declaraciones que desconocía lo que le iba a suceder al bebé