Conchi y su cuidador, Paco, tenían planeado hasta el más mínimo detalle para deshacerse del cuarto marido de ella sin dejar huella, según se desprende de las diligencias policiales. Sin embargo, todo se torció para ellos porque una agente de policía fuera de servicio, fue testigo del crimen.
Al verse sorprendidos, Paco, su cuidador y amante, escondió los guantes ensangrentados entre su ropa y se lavó las manos con una garrafa de agua que llevaba en la furgoneta. En el bolsillo de su pantalón encontraron el destornillador que, presuntamente, le clavaron en el cuello y el pecho al marido de Conchi.
Además, llevaba medio gramo de cocaína y 1.400 euros, posiblemente para su huida. Ella estuvo todo el tiempo de pie, según el informe policial. Él tiene antecedentes penales por delitos de malos tratos, abusos sexuales, asociación ilícita y contra la salud pública.
El segundo exmarido de Conchi, Carlos, ha asegurado que es una persona manipuladora y que mientras estuvo con él siempre le exigió que todo estuviera a nombre de ella. Cuando vio que ya no podía sacar más vino la separación, ha contado Carlos.
Al principio de este matrimonio, Conchi se hacía cargo de sus hijos pero la madre de los menores la denunció por malos tratos. Una de esas niñas, Sandra, ha contado a Ya Es Mediodía, de Telecinco, que la despertaba pinchándole con agujas en las manos. “Sufrí maltrato físico y psicológico”, ha contado la joven.
Algunos amigos de José Luis, el fallecido, han asegurado que en solo 15 días se había dado cuenta del carácter manipulador de Conchi y que quería separarse. Insisten en que en la boda a ella solo le preocupaba que no le hicieran fotos sin la silla de ruedas.