Hacer testamento o cómo conservar tu nombre por los siglos de los siglos

  • El sistema testamentario español es uno de los más eficaces y seguros del mundo

  • Seguimos el rastro de un testamento desde que se firma hasta el archivo histórico

A no ser que usted sea una figura de las artes y las ciencias solo hay un lugar donde su nombre permanecerá escrito para siempre, durante siglos: su testamento.

Hacer testamento es una acto de cariño ante la gente a la que queremos

Parece que sacar el tema a colación, dictar las últimas voluntades, da un poco de respecto al común de los mortales, pero como dice el notario Fernando Gomá (@FGomaL): “Si haces testamento te vas a morir y si no lo haces te vas a morir igual, a la misma hora y de la misma causa. Además, hacer testamento es una acto de cariño ante la gente a la que queremos dejar nuestras cosas porque lo hacemos de forma ordena. De tal forma, que les ahorraremos un montón de problemas cuando nosotros no estemos aquí”.

En este año, se han otorgado seis millones de testamentos en España uno de los países europeos donde más se hace porque nuestro sistema es uno de los más eficaces y que más fiables y también barato. Si en España un testamento cuesta unos 40 euros (algunos de seguros de casa lo cubren) y dura por los siglos de los siglos. En Gran Bretaña, por ejemplo, cuesta unos 50 euros mensuales; es decir, se trata de un artículo de lujo.

Cómo realizar un testamento

En la web de los notarios, se dan todas las explicaciones para realizar un testamento. En la pestaña de “acude a tu notario/en qué te puede ser útil/ Relaciones personales y familia/ testamentos y herencias”).

Pero nosotros hemos ido un poco más allá y nos hemos metido en el despacho de uno de los notarios más didácticos de Madrid: Fernando Gomá. Tal y como aparecen en las películas hemos dispuesto así la lectura de un testamento. Ya saben la mujer de la pamela se sienta al fondo, el mayordomo detrás de ella… Pero no. Aquí, en España, no se “abre” testamento como tantas veces se dice, “eso quedará muy bien en las películas, pero en España me temo que si bien no es tan cinematográfico es mucho más seguro y eficaz”, puntualiza Fernando. Para empezar, porque no hace falta que se reúnan los herederos para conocer el testamento. Se les envía una copia autentificada por un notario. Además esta se puede pedir en cualquier notaría, “es algo que hacemos continuamente –señala Fernando- Una persona ha podido hacer testamento en Cartagena y un familiar que está incluido en él y que viva en Lugo puede solicitarla a una notaría cerca de su casa. Ahora bien solo pueden pedir la copia las personas que se mencione en el testamento, los hijos aunque no aparezcan y también los deudores de esa persona. De hecho, el Ministerio de Hacienda nos suele pedir copias de testamentos”. La garantía que tiene hacer un testamento con un notario es que lo hace un funcionario público (notario) con capacidad para dar fe pública. Es decir, tiene el principio de veracidad. Además se hace en un documento público. Sin embargo, en países con derecho anglosajón no hay una persona específicamente encargada de guardar y redactar testamento, puede ser un abogado que cobra bastante dinero, sobre todo por conservar el documento.

La charla con Fernando Goma prosigue amena, se echan en falta en el mundo jurídico gente como él. Profesionales que expliquen a todos los demás todo lo que nos atañe del Derecho, y eso que al fin y al cabo todos somos sujetos jurídicos. Nos habla desde los signos de los notarios (los que van acompañando su firma) hasta desaconsejarnos un testamento manuscrito. Aparte de que puede ser cuestionado por cualquiera, imagínese que lo localiza un persona que no está de acuerdo con él: lo rompe y nadie sabrá lo que contiene.

Sin embargo, el testamento permanecerá siempre y no es una forma de hablar. Todos lo protocolos (documentos) de los notarios aparte de estar en una copia digital a los 25 años pasan en su soporte en papel a los archivos protocolos provinciales. Acudimos al de Madrid que actualmente contienen cerca de 130.000 tomos que contienen desde compra ventas, creación de sociedades a no como no testamentos. Allí nos atiende Emilio Barroso que nos explica el funcionamiento de este gran archivo totalmente mecanizado y en el que no se puede entrar en el interior sino que lo hace un brazo mecánico. “En caso de incendio no se apaga con agua ya que podría dañar el contenido de los tomos sino que se hace por falta de oxígeno en el silo”

Pasados 100 años después de su firma, los protocolos pasan a los respectivos archivos regionales de cada comunidad autónoma. Vamos al archivo histórico de protocolos de Madrid. Lo dirige Beatriz García que pacientemente y con una sonrisa nos enseña todos los recovecos de este singular y poco conocido archivo. Es entonces cuando nos enseña tesoros como el testamento de Goya o el de Góngora. También otros como el de panadera. En ellos hacen recuento de todo lo que poseen, desde un mantel hasta un candelabro. Quién sabe si los nuestros, los que hagamos ahora algún experto los estudiará dentro de 500 años... o más.