Olivier Boudin y Lucien Perot se homenajearon con una cena a base de vino, queso camembert, un asado y alubias enlatadas, según publicó LeParisien.
La cena opípara fue el pasado jueves, pero al día siguiente una vecina de Perot, de 69 años, vio a los dos hombres en la terraza y pensó que estaban durmiendo la resaca de la noche anterior.
Al mediodía volvió a verlos y pensó que iban a sufrir una insolación si seguían tumbados bajo el sol. Así que la mujer decidió despertarlos.
"Grité el apodo de Perot, pero fue en vano", contó la mujer que al acercarse y tocarlos se dio cuenta de que estaban muertos.
¿Comida envenenada?
La investigación policial se enfrentaba al misterio de estas dos muertes simultáneas, sin encontrar explicación. El doble suicidio era una hipótesis en la que nadie en el pueblo creía.
Las primeras especulaciones giraron en torno al análisis de la comida y la posibilidad de que se hubieran intoxicado de forma fatal.
Sin embargo, el análisis reveló que no había rastro de botulismo, ni de ningún otro tóxico que pudiera haberlos matado.
Los forenses encontraron respuesta al enigma que sacudía al pueblo de Authon-du-Perche, desde hacía más de una semana.
En la garganta de Lucien Perot encontraron un trozo de filete que le provocó la muerte por asfixia. Esta escena fue tan terrible para su amigo, Olivier Boudin, que sufrió un infarto y murió a continuación.