Benedicta Sánchez fue la primera en subirse al escenario de los Goya para recibir el galardón a mejor actriz revelación. Con 84 años, recibió el galardón con mucha emoción, sin un discurso preparado, como anunció previamente, pero con una emotiva dedicatoria a sus nietos y a su tierra natal, Galicia. "Soy gallega y quiero también el Goya para Galicia, 'a miña terra meiga', y decir también que estoy enamorada de España y me siento muy perita", ha afirmado la actriz gallega premiada por su papel en la película 'O que arde'.
CONSULTA LA LISTA DE PREMIADOS EN LOS PREMIOS GOYA 2020
Sin experiencia en la gran pantalla, consiguió imponerse a Pilar Gómez por 'Adiós', Carmen Arrufat por 'La inocencia' y Ainhoa Santamaría por 'Mientras dure la guerra'. Tras tener en sus manos el Goya, lo acarició y besó antes de pronunciar que "la vida te da sorpresas y esta es una muy grande para mi larga existencia".
Benedicta Sánchez, quien da vida a la madre del protagonista de la película dirigida por Oliver Laxe, no quiso olvidarse de sus padres, que permitieron que naciera, a su hija, que le llevó al casting, y al equipo de la película. "No creo que haya princesa que haya tenido un trato tan maravilloso" como el que ella ha recibido, destacó. Pero su dedicatoria más emotiva estuvo dirigida a sus nietos, Adrián y Pau, a quienes pidió que "no se olviden de la yaya que les quiere mucho".
La emoción la dejó sin aire y sin palabras. Literalmente. Antes de bajarse del escenario, Sánchez protagonizó uno de los momentos más entrañables de la noche cuando pidió al público "ayúdenme" para continuar tras asegurar haberse quedado "muda". La mejor actriz revelación de los Goya 2020 aseguró que "podría decir infinidad de cosas", pero que ya era suficiente. "¿Me puedo ir ya?", preguntó con mucha educación y despertando la risa y el aplauso de los asistentes, antes de abandonar el escenario y marchar por la puerta grande de las estrellas.