El precio de los pactos o la vuelta al despilfarro público

Con la inestabilidad política algunos expertos señalan que se corre el riesgo de entrar en una etapa de mayor gasto público, incluso de un futuro despilfarro. Por un lado, está el previsible aumento de altos cargos en un gobierno de coalición y, por otro, la inversión en infraestructuras para contentar a partidos nacionalistas y regionalistas.

El aumento de los altos cargos parece seguro ya lo comprobamos en las últimas formaciones de gobiernos autonómicas. Todas las comunidades aumentaron su número y como también la contratación de obra pública este año del orden del 31%. Por eso, en el futuro gobierno encabezado por Pedro Sánchez algunas fuentes señalan un gobierno con hasta veinte ministerios.

Pero no sólo eso, como señala Manuel Villoria, Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos. “Un parlamento tan fragmentado supone que obtener votos haya que satisfacer las peticiones regionalistas o nacionalistas de infraestructuras con lo que en el plazo medio ese gasto puede entrar dentro del gasto de despilfarro”.

Un estudio de la Universidad de Valencia aseguró que entre 1996 y 2016 se despilfarraron 80.000 millones donde más: Cataluña (líneas de metro, desaladoras, etc. ) , Madrid (radiales…) y Valencia (aeropuerto, grandes eventos…). En este vídeo les mostramos algunos casos de despilfarro no tan conocidos como el edificio de Mesa y Mota en Tenerife o el aeropuerto de Corvera en Murcia.

Cataluña es la comunidad donde más ha aumentado la inversión del Estado. De hecho a principios de año se presupuestaron 2.251 millones de euros, 900 millones más que en 2018 , un aumento del 66%. Es la única comunidad que tiene todas sus capitales conectadas por AVE, mientras que algunas regiones en España aún no ha llegado el tren de alta velocidad.

Algunos podrían justificarlo en que no tiene sentido crear una infraestructura hacía un lugar apenas habitado, pero al mismo tiempos diversos alcaldes de la España vacía dicen que si no hay más gente es porque no hay infraestructuras para llevarlas. Esto explicaría el crecimiento de fenómenos regionalistas donde antes no los había como el caso del partido “Teruel existe”.

Como nos señala la anterior alcaldesa de Alcolea del Pinar (Guadalajara) también perteneciente a la España vacía al ver cómo les cerraban la casa cuartel de la Guardia Civil: “¿qué es lo que tenemos que hacer para que nos hagan caso: quemar contenedores, cortar la autovía?”. Las zonas silenciosas de nuestro país donde nunca hay altercados, donde nunca se protesta pero donde sus diputados atienden más la dirección del partido que a los propios intereses de sus votantes empiezan a decir o todos las regiones tienen lo mismo o ninguna.

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