La casa de María de los Ángeles, madre de Sagrario, ha sido ocupada dos meses después de que se fuera a una residencia de ancianos. En la familia se enteraron gracias a las facturas de la luz, que son elevadas para que la casa estuviera vacía. Sagrario tuvo que llamar al cerrajero, y en vista de que había una persona dentro llamó a la policía nacional. "Cuando llegaron me dijeron que me metiera a negociar con la ocupa", asegura.
Además, la familia está desesperada con sus nuevos inquilinos, no solo por los gastos sino porque la casa está destinada a una de las hermanas de Sagrario, que tiene una discapacidad y es completamente dependiente. "Mis padres solo tenían el deseo de dejarle la casa a nuestra hermana, cosa que respetamos profundamente", explica.