La quema del Amazonas, una herida mortal al planeta que acelerará el cambio climático

  • Es el pulmón que produce el 20% del oxígeno del planeta

  • Es una pérdida de biodiversidad sin precedentes

La selva del Amazonas alberga el 10 por ciento de las especies de animales y plantas conocidas y es el hogar de un millón de indígenas que cuidan de ella. Esta selva es el pulmón que produce el 20 por ciento oxígeno del planeta, el que absorbe 2000 toneladas de dióxido de carbono al año ayudando a frenar el calentamiento global.

Pero este gran pulmón arde desde hace tres semanas seguidas, el fuego avanza descontrolado ante la desesperación de sus habitantes, los indígenas, que ven como su fuente de vida está siendo arrasada.

El humo del fuego se ve desde el espacio, los mapas de la NASA muestran la herida en mitad de la masa verde. Es un años especialmente caluroso y seco, ya se ha producido un 84 por ciento más de incendios que el año pasado, 74.000 fuegos desde enero. El humo está oscureciendo ciudades como Sao Paulo y si el avance no se lograr frenar ahora las consecuencias serán irreparables.

Estos incendios tendrán un efecto en cadena

Si se quema más del 20% de la amazonia se puede disparar el proceso de desertificación y la fragmentación a largo plazo y la sequía van a crear un escenario más favorable a nuevos incendios y pérdida de vegetación. Un efecto en cadena que acelerará la destruccion del Amazonas que será una tragedia para todos asegura el investigador de la ONG "iniciativa verde".

La primera reacción del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro fue acusar a las ONGs de los fuegos. En los útlimos días se limita a decir que no tienen recursos para apagar las llamas. Sin embargo, Bolsonaro nunca ocultó su intención de explotar la selva amazónica. "Aquí está el futuro de Brasil, es un área riquísima en biodiversidad, recursos minerales y agua potable, energía fósil, además de un gran espacio vacío protegido por los países del primer mundo" decía.

Ante esta ausencia de compromiso por combatir la deforestación, Alemania, Francia y Noruega han retirado las subvenciones que destinaban a ese fin en Brasil. Pero así responde el presidente ante cualquier reacción crítica respecto a su política no ambiental.

Más del 60 por ciento del Amazonas es brasileño pero lo que está ocurriendo aquí no solo supone una pérdida de biodiversidad sin precedentes y el declive de las tribus milenarias que siguen viviendo aquí sino que es un drama mundial, una herida mortal al planeta que acelerará el cambio climático.