La alerta saltó en primer lugar tras la denuncia por un paquete sospechoso frente a un centro comercial del barrio de Basaksehir. Los artificieros descubrieron que se trataba de una bomba que pudieron desactivar.
Un segundo incidente ocurrió cerca de otro centro comercial, esta vez en el barrio de Küçükçekmece, formado por bombonas de butano. La Policía detonó el artefacto sin que se produjeran víctimas.
Ya por la tarde, la Policía recibió un aviso por el hallazgo de un obús en una parada de autobús frente al Hospital Estatal de Istinye. El explosivo fue trasladado a un laboratorio para su examen tras acordonar la zona.
Estos incidentes ocurren apenas unos días después del atentado suicida perpetrado también en Estambul en el que murió un agente de la Policía. La suicida irrumpió en una comisaría del centro el 6 de enero y detonó la carga que portaba.