200 militares británicos, la mayoría conductores, ayudarán con el reparto de combustible a las gasolineras de todo el país. Tras una semana caótica, con estanterías vacías en supermercados e incluso peleas por repostar en estaciones de servicio. El Gobierno de Boris Johnson también dará 5.000 visados temporales para recuperar la cadena de suministros. “La gente no quiere entrar en la industria del transporte por carretera, no quieren ser conductores, porque tenemos una masa de inmigración que mantiene los salarios bajos y también la calidad del trabajo que se realiza”, ha comentado el primer ministro británico a los medios de comunicación.