Marcha homófoba de neonazis por Chueca: ¿Debería haber intervenido la Policía en la concentración?

  • La marcha estuvo rodeada de un fuerte dispositivo policial que les acompaño desde Chueca hasta la Puerta del Sol

  • Los manifestantes coreaban: "¡Fuera sidosos del barrio!", "¡Vamos a acabar con el matrimonio homosexual!"

  • Los agentes se afanaron en enfriar los ánimos: en la calle de Preciados tuvieron que apartar rápidamente a un joven que se enfrentaba a la gruesa fila

"Fuera maricas de nuestros barrios" y "fuera sidosos de Madrid", son algunos de los insultos homófobos lanzados ayer tarde impunemente en el barrio de Chueca, en Madrid, en esta marcha permitida que duró hora y media ante la perplejidad e indignación de vecinos. No daban crédito a las proclamas fascistas y pancartas de cientos de manifestantes rodeados de un fuerte dispositivo policial que les acompaño desde Chueca hasta la Puerta del Sol evitaron incidentes pero permitieron que esa marcha del odio nazi llegara a su término.

Más de hora y media marchó desde la Plaza de Chueca hasta la Puerta del Sol, escoltada por decenas de antidisturbios y furgones de la Policía Nacional. En otra pancarta se leía: "Ni bandas latinas ni menas". Los manifestantes coreaban: "¡Fuera sidosos del barrio!", "¡Vamos a acabar con el matrimonio homosexual!" y "¡España cristiana, no musulmana!".

Partieron de la plaza por antonomasia del Orgullo LGTBI se vivieron los instantes más tensos. Los vecinos se asomaban a los balcones para increpar a la ruidosa masa, que enarbolaba banderas y prendía bengalas rojas. "¡Asco!", lanzaron dos hombres desde su ventana. "¡Enfermos, maricones!", respondían los de abajo. Antidisturbios y varios furgones de la Policía Nacional escoltaron a los manifestantes de extrema derecha durante un recorrido, desde la plaza de Chueca hasta la Puerta del Sol, que transcurrió sin incidentes.

Los agentes se afanaron en enfriar los ánimos: en la calle de Preciados tuvieron que apartar rápidamente a un joven que se enfrentaba a la gruesa fila. Otra joven se encaramó a la fuente de Sol para gritar a la masa, pero apenas duró unos segundos. Un policía la agarró del brazo para evitar peleas.