Luiz Inácio Lula da Silva, Lula, es sin duda uno de los políticos más populares del planeta. Gobernó Brasil entre 2003 y 2010, el período de mayor prosperidad económica del país en la historia reciente. Tras dejar la presidencia fue acusado de corrupción y llegó a estar preso casi dos años. Ahora protagoniza su resurrección política.
Obrero metalúrgico y líder sindicalista. Así es el candidato más votado en la historia de Brasil. Llegó al poder hace 20 años para convertirse, en palabras del propio Barack Obama, en el político más popular del planeta.
Con el viento de cara logró el milagro económico: acabó con el hambre, sacó a 30 millones de brasileños de la pobreza y, de paso, llevó hasta lo más alto a la economía del país. Por eso, el mundo se rendía a sus pies.
Esa fue la década de las luces. Luego, llegó la de las sombras: la crisis económica, el descontento social y las imputaciones. El defensor de los pobres terminó acusado de soborno y lavado de dinero, en la operación Lava Jato, uno de los mayores escándalos de corrupción de américa latina.
El mundo entero asistía atónito a las imágenes de Lula entregándose a la Policía. Pasó casi dos años en prisión, siempre defendió su inocencia. Finalmente la justicia se puso de su parte, el Tribunal Supremo consideró que el juez fue parcial al procesar a Lula y anuló todas las condenas en su contra.
Su partido quedó manchado y él bajo sospecha para algunos sectores. Sin embargo, hoy protagoniza su resurrección política. Ha sabido pactar una coalición con el centro derecha, su número dos, es su antiguo rival.
Por su parte, Bolsonaro le llama ladrón, expresidiario, pero Lula es favorito en todos los sondeos, la única duda es si vencerá hoy o será necesaria una segunda vuelta. Su reto es recuperar el prestigio de Brasil y de su clase política.