El ladrillo a toda costa

  • El libro ‘La España Fea’ saca los colores al urbanismo desaforado en la península

  • Su autor Andrés Rubio considera que España ha destruido la costa “de arriba abajo”

  • La nueva ‘Torre del Puerto’ de Málaga podría acabar con la vista de su icónico faro

Paseando por la calle el periodista Andrés Rubio siempre encuentra motivos para el desencanto. Un día puede ser una esquina de Bilbao, una plaza de Ourense, una urbanización de Almuñécar o cualquiera de las decenas de casos que aparecen en su libro La España Fea. 'La España fea es la que han hecho fea la corrupción política, la especulación caótica y la incultura que la han convertido en un desastre', nos cuenta Andrés que harto de ver ejemplos de urbanismo desaforado y, en su opinión, de mal gusto decidió hacer un libro recopilando casos flagrantes. El mejor ejemplo para él es el hotel del Algarrobico, esa mole de ladrillo en Carboneras (Almería) en medio de un parque natural y todavía en pie un cuarto de siglo después. “En los años 60 en España había 1.000 pueblos bonitos catalogados por la Dirección General de Bellas Artes. Ahora mismo no quedan ni dicen” asegura el autor del catálogo de desastres patrio. Le fastidia además el amor por el cemento, la cementificación lo llama, unas ansias de construcción que se apoderaron del España con la llegada del franquismo y que se adueñó sobre todo de la costa. “España tiene la característica propia de haber destruido la costa de arriba abajo. Independientemente de cada comunidad autónoma, del gobierno que hubiera en cada comunidad… Ha sido una destrucción implacable”, se lamenta. 

Una bicentenaria luz para navegantes corre el riesgo de quedar cegada en el único sitio donde un faro es mujer. En Málaga se llama La Farola. “Es el símbolo de la ciudad y es un símbolo que si no lo impedimos va a ser prácticamente devorado por la agresión de un rascacielos” nos cuenta Guillermo Busutil, Premio Nacional de Periodismo Cultural 2021. Guillermo es uno más del 65% de los habitantes de la ciudad que en una encuesta rechazaron que el edificio de más de 100 metros de alto pudiera hacer sombra al emblemático monumento con un impacto irrecuperable en el paisaje tradicional de la costa malagueña. Un video con numerosas personalidades de la cultura como el cantante Miguel Ríos, el director de cine Benito Zambrano, el escritor Juan Madrid o el actor Pepe Viyuela, entre otros, defienden dejar la bahía de Málaga como está. A pesar de todo, el proyecto sigue adelante. “No sé cómo se las arregla el dinero privado para que con la connivencia política consiguen siempre echar para atrás la lucha ciudadana y el sentido común”, afirma el periodista granadino afincado en Málaga. El urbanismo especulativo que irrumpe en espacios al alza acaba discriminando a la población “Estás creando escenarios de injusticia espacial, es decir, la ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres”, denuncia Andrés. “Están echando de sus espacios a los ciudadanos. Nos queda el exilio o la resistencia”, asevera Guillermo. La maquinaria de cemento no para. La capital de la Costa del Sol tiene previsto levantar hasta 27 rascacielos nuevos. “Cuando es una ciudad que no necesita esas torres para nada” asegura el autor de La España Fea, “son operaciones puramente especulativas”. La sobreedificación de rascacielos va a amputar parte de lo que iba a ser el nuevo pulmón verde de la ciudad. El premio nacional lo ve claro “es una especie de sueño de cateto rico de querer parecerse a Dubai”. Tanto uno y otro piden mirarse en el espejo francés que cuenta desde hace años con organismos y planes estatales que cuidan del paisaje y del territorio.