Sánchez, ante un futuro complejo e incierto que pasa por el pacto y la negociación

Noticias Cuatro 01/06/2018 23:59

Pedro Sánchez ha conseguido algo nunca antes visto en España: que prospere una moción de censura. Ha sido en la cuarta que ha visto la democracia en este país; la segunda contra Mariano Rajoy, que se ha visto obligado a decir adiós a La Moncloa.

En otro tono y con otras palabras ha narrado lo acontecido Rafael Hernando, portavoz del partido que abandona el poder: “Es el primer presidente del Gobierno que no ha ganado las elecciones”, le ha afeado, reflejando la visión del Partido Popular.

Ahogados por un goteo continuo de casos de corrupción, la sentencia Gürtel ha terminado por dinamitar la situación y expulsar a los de Rajoy del Gobierno.

La censura al líder del primer partido de la democracia condenado por corrupción ha aupado a un Pedro Sánchez que ha encontrado el apoyo a la moción gracias a una suma de fuerzas dispares que le obligarán, dada la aritmética parlamentaria, a tejer alianzas y abrir una etapa de diálogo complejo.

Su candidatura ha salido adelante en la moción con 180 votos a favor: los 84 diputados del PSOE, los 67 de Unidos Podemos, los 9 de ERC, los 5 del PNV, los 9 del PDeCAT, los 4 de Compromís, los 2 de Bildu y uno de Nueva Canarias, superando en cuatro votos los 176 mínimos necesarios para convertirse en el próximo presidente del Gobierno.

REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA

Así las cosas, la pretendida regeneración democrática de Sánchez, en un objetivo compartido con su socio mayoritario, Unidos Podemos, no será fácil. Tendrá que negociar y tendrá que hacerlo en una España cada vez más fragmentada por la crisis política abierta al hilo de la cuestión territorial.

Durante su discurso, el mismo Sánchez del PSOE que avaló la aplicación del 155 en Cataluña, reiteró que cualquier negociación se habrá de hacer en el marco de la legalidad y de la Constitución, al tiempo en que el independentismo le ha reprochado y le reprochará la colaboración de los socialistas con el entonces Gobierno central para frenar el afán separatista de instaurar la pretendida república.

No será éste el único horizonte de trabajo del secretario general del PSOE. El voto decisivo se lo ha dado un PNV que en el nuevo estatuto del País Vasco, negociado con Bildu, pide reconocer la nacionalidad vasca. Un PNV que, más allá, hizo posible con su ‘sí’ la aprobación de los Presupuestos de 2018 que pretendía sacar adelante Mariano Rajoy y que, por otra parte, Pedro Sánchez se ha comprometido a mantener.

Y, dadas las circunstancias, está no será la única concesión que deba hacer. Con Unidos Podemos pidiendo hueco en el Gobierno y una respuesta a los problemas de una España “diversa y plurinacional”, los nacionalistas, a su vez, demandan un proyecto para Cataluña y para el País Vasco que esperan con dudas y desconfianza.

CIUDADANOS, CONTRA EL "GOBIERNO FRANKENSTEIN"

Al margen queda Ciudadanos, que hará una fuerte oposición desde la denuncia de que Sánchez ha pactado “con los que quieren liquidar a España” para ser presidente de lo que han denominado como una suerte de “Gobierno Frankestein” donde, auguran, será imposible gobernar.

Entre tanto, desde el panorama internacional continúan haciéndose eco de que, en estos momentos, el futuro político de España sigue siendo incierto.