Dura semana para la ministra de Justicia, Dolores Delgado, apoyada aún por un presidente que no está dispuesto a ver caer en poco más de cien días otro ministro. La realidad, no obstante, es que las filtraciones han puesto a toda una ministra de Justicia contra las cuerdas y también ha dado en la línea de flotación de la imagen de Garzón, cuyo despegue político estaba en ciernes. El juez considera que él es el verdadero objetivo de las filtraciones y cree deleznable el uso de estas conversaciones que convierten la política en un Gran Hermano. La ministra puede ser un segundo objetivo, al menos, está claro que es un efecto colateral de todo ello. Desde el PSOE crecen las voces que señalan que su situación es insostenible, pero Sánchez no puede permitirse a corto plazo otra dimisión. Sería un récord que lastraría definitivamente la imagen de un Ejecutivo que fue recibido con aplausos por la mayor parte de la sociedad.
Así las cosas la ministra ha sido ya reprobada en el Senado y sometida a un 'acoso político' en el Congreso. En los pasillos las ministras del Gobierno la defendieron de perfil. Solo Lastra, con un abrazo efusivo, fue rotunda. El latigazo lo recibió la ministra del socio de Gobierno de Sánchez, Pablo Iglesias, que dejó claro que nadie que se relacione con un personaje de las cloacas del Estado como Villarejo puede participar en la vida política. "Cristalino", dijo Iglesias haber sido al respecto. Más cuando la ministra es ahora atacada por misógina y homófoba, aunque la realidad sea que nadie resistiría una grabación de una comida.
Son estas amistades peligrosas las que hacen más compleja la continuidad de la ministra. La oposición no ha perdido la oportunidad de fustigarla sin piedad. El portavoz adjunto de Esquerra Republicana (ERC), Gabriel Rufián, ha señalado que Villarejo se ha convertido en el "compinche" de la ministra. "Villarejo es el responsable de la peor guerra sucia, está en los peores fregados de la democracia española y si te reúnes con él, eres un compinche", ha resumido Rufián en los pasillos del Congreso, defendiendo en consecuencias la salida de la ministra del Gobierno.
Apoyo de las ministras
"Por supuesto", ha respondido la titular de Economía, Nadia Calviño, cuando los periodistas le han preguntado si mantenía la confianza en Delgado antes de intervenir en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Más prolija en la defensa de Delgado ha sido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, precisamente quien arropó a su compañera del Consejo de Ministros en el desayuno que ofreció este martes en el club Siglo XXI. En declaraciones a los medios de comunicación en los pasillos de la Cámara Baja, Montero ha subrayado que las conversaciones privadas que se han conocido de Delgado no tienen nada que ver con su ejercicio profesional y vida política como representante del Gobierno.
"Este Gobierno está fuerte y concentrado y trabajando. Créanme si les digo que casi no tenemos tiempo de conocer cuestiones que se publican que nada tienen que ver con nuestra actuación cotidiana de elaboración de los presupuestos, intentar mejorar que la justicia llegue a todo el mundo, educación para todos los escolares...", ha asegurado Montero, que también ha puesto en valor cómo Delgado está dando todas las explicaciones oportunas de unas conversaciones privadas.
Otra ministra que ha salido este miércoles en defensa de Delgado ha sido la titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera. "Es una magnífica compañera y lo que nos corresponde a todos es hacérselo notar", ha remarcado. En conversación informal con la prensa, otra ministra del Ejecutivo admite que a Delgado la ve bien, aunque la procesión vaya por dentro, y que, hoy por hoy, no ve motivos para pedir la dimisión de su compañera, si bien ha admitido que desconoce si existen nuevas revelaciones que puedan comprometer más a la titular de Justicia.
Hernando ha espetado a la ministra en la sesión de control del Congreso que es "un zombi". Y le ha dicho que "su presencia mancilla esta Cámara" porque se ha convertido "en el paradigma de la mentira". "Es una rémora, es culpable, no llene de oprobio la democracia... ¡Váyase!".
El diputado del PP ha acusado a Dolores Delgado de "mentir hasta cuando rectifica" por sus diferentes versiones a la hora de explicar sus vínculos con Villarejo y de haber tenido "peligrosas relaciones con las cloacas". "Ni usted", ha continuado, "ni el doctor Sánchez están a la altura de un Gobierno decente" porque han decidido "mantenerse en el poder con el apoyo de los filoetarras y los independentistas". Ha acusado además el popular a la ministra de nombra a un fiscal general dócil para darle instrucciones en relación a Cataluña, algo que la ministra ha negado señalando que eso era lo que ocurría en la época de Rajoy.
Los audios conocidos este miércoles, según fuentes de La Moncloa, no varían la situación de la ministra Delgado con respecto al martes, cuando ya varios miembros del Ejecutivo, entre ellos la vicepresidenta, Carmen Calvo, descartaron el cese de la titular de Justicia. El propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a quien Delgado llamó "maricón" en el curso de la comida grabada por Villarejo, quitó hierro al asunto asegurando que no se había sentido ofendido y que Delgado no tenía por qué disculparse siquiera.
Por lo pronto, Dolores Delgado, ha cancelado la visita que tenía prevista realizar esta tarde en Zaragoza, donde iba a asistir a una entrega de diplomas en la Facultad de Derecho e intervenir en un seminario sobre libertad de expresión y prevención de la violencia y discriminación por razón de género.