Por eso, aquí te dejamos estos consejos que pueden aclararte el camino hacia un seguro de coche ideal:
1. Analiza tu forma de conducir y el tipo de coche que quieres asegurar:hay un seguro para cada tipo de conductor y eso dependerá de tus características: si conduces mucho o poco, si haces desplazamientos largos o cortos, urbanos o por caminos rurales, si aparcas en garaje o en la calle. Y también ten en cuenta cómo es tu historial de siniestralidad. Las compañías priman a los conductores cuyo historial no tiene accidentes. Además, ten en cuenta el tipo de coche que vas a asegurar: no es lo mismo un coche con más de cinco o diez años a un coche nuevo. Algunas pólizas miden la depreciación del coche en función de los meses desde que se matriculó con un porcentaje fijo a partir del segundo año y otras indemnizan según un valor figurado que pretende equiparar el precio al que hubiéramos sido capaces de vender el coche en cuestión justo antes del siniestro (el denominado valor venal).
2. A terceros o a todo riesgo: los seguros a terceros cubren la responsabilidad civil obligatoria, es decir, los daños que causemos a terceros pero no los de nuestro propio vehículo. La compañía indemnizará a los perjudicados si has tenido la culpa y tocará arreglar los desperfectos propios. Los seguros a terceros ampliados añaden garantías como la rotura de lunas o el robo, el pago del curso de recuperación de puntos del carnet de conducir, gestión de multas, reposición de llaves en caso pérdida o robo, suministro de combustible si se vacía completamente el depósito o sustitución de un neumático pinchado entre otras. En el seguro a todo riesgo, incluyen los daños propios de nuestro vehículo e incorporan garantías adicionales como puede ser la asistencia sanitaria no concertada, la indemnización por invalidez o fallecimiento o el vehículo de sustitución.
3. Franquicia sí o no: las franquicias cubren los daños propios hasta una cantidad fijada. Por ejemplo, si tenemos un seguro con franquicia de 300 euros, en caso de accidente habrá que abonar 300 euros y la aseguradora se hará cargo del resto del coste de la reparación.
4. Revisa las exclusiones: las más habituales suelen ser los siniestros que se produzcan bajo los efectos del alcohol o las situaciones peligrosas a las que se exponga el conductor como el exceso de carga o la participación en carreras. Hay compañías de seguro que no cubren los accidentes en las vías que ellos denominan 'no aptas', que suelen ser vías no asfaltadas. Si tu coche se estropea en un camino de piedras o de arena, es posible que tu seguro no cubra el coste de una grúa para devolver el coche al asfalto. Y no serás el primero que tenga que empujar el coche hasta la carretera asfaltada para que tu compañía mande asistencia. Además, si tu coche tiene mucho equipamiento extra deberá aparecer explícitamente en la poliza para que lo cubra. Eso sí, puede incrementarse el precio al incluirlas. Algunas compañías aseguradoras incluyen hasta 1.500 euros en la indemnización por elementos opcionales que no figuren expresamente en la póliza.
5. Mira si incluye coche de sustitución o asistencia en carretera desde el kilómetro 0: podemos llevarnos la desagradable sorpresa de que nuestro coche se estropeé lejos de nuestro lugar de residencia y el seguro no incluya el traslado del vehículo o nuestro propio traslado. Si utilizas el coche para trabajar, fíjate en que incluya un coche de sustitución que no te impida hacer tu vida mientras tu coche está siendo reparado.