Entrevista a Carlos Salem, el poeta de Twitter: "Todo comenzó por tontear con una mujer"

  • Con 36 libros a su espalda, el artista ha convertido la poesía en un arte digital que llega a más gente en menos tiempo

Durante los últimos años ha surgido, con el auge de las redes sociales, un tipo de poesía que se versa por Twitter. Carlos Salem nos explica cómo es vivir siendo escritor de poemas, novelas, y publicando también algunos de sus versos en tuits. A medio caballo entre Argentina, Madrid y Francia, el que una vez fue periodista, nos aclara cómo nacen sus poemas y a quién van dedicadas sus líneas más íntimas.

Salem, con 36 libros a su espalda, considera que no está en la fama. “Cómo voy a estar en la fama, si comparto piso”, afirma. El artista, que se ha construido una carrera estable entre la poesía y la novela, cree que la poesía es una "preocupación que te lleva a ocuparte". Además, considera que Twitter "es una manera de llegar a más gente y mucho menos tiempo", y eso le ayuda a divulgar su arte.

Sin ritos a la hora de escribir pero sí con manías, ha convertido su poesía en algo digital, debido a su “pésima” letra. Además, "no bebe" mientras escribe para acordarse de lo que siente cuando lo hace. Su relación con las redes sociales tiene fecha de inicio: en 2011 empezó todo por un tonteo con la mujer con la que hablaba en ese momento. Desde entonces, sabe "qué versos serán libros y qué libros podrían haberse quedado en versos".

“Puse un bar en Malasaña porque en Lavapiés la gente estaba acostumbrada a beber gratis”, confiesa Salem. 'Bukowsky club' fue el primer bar que le acompañó y llevó la poesía a sus calles. Aunque confiesa que la elección del barrio fue aleatoria, ahora se alegra porque “Malasaña no tiene edad”. “Sigo buscando casa” son las tres palabras elegidas para definir su poesía, puesto que según él no hay ningún adjetivo obligatorio que atribuirle a ese arte.

El poeta asegura que "poesía puede hacer cualquiera": “Conocí a una señora mapuche, en el sur de Argentina que hacía poesía con cuatro elementos”. En cuanto al gusto es personal, una cosa es el gusto de los oyentes y otra el personal. “A lo mejor te gusta un soneto que no te lo pide nadie, y cuando te lo piden, te emocionas”, cuenta entre risas para concluir esta entrevista.