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Una ola de 24 metros de altura se acerca. El terremoto de magnitud 9.3 ha quebrado el fondo del mar frente a las remotas islas Simeulue. Todo el planeta ha sentido la vibración.
Minutos antes de que suenen las alarmas, con el océano aun en calma, la tribu Moken ha huido a las montañas, los animales también, ellos han detectado ciertas señales, códigos que nadie más sabe interpretar.










