No apto para estómagos sensibles: lobotomías y otras atrocidades a pacientes de un psiquiátrico estadounidense

  • El Trans-Allegheny Lunatic Asylum se construyó entre 1858 y 1881 y llegó a albergar más de 2.400 enfermos psiquiátricos

  • Los pacientes eran sometidos a lobotomías inaceptables: “Les metían un punzón por la cuenca del ojo y golpeaban con un martillo hasta llega al cerebro”

  • Siglos después, los vecinos cercanos al hospital abandonado aseguran escuchar gritos y lamentos

Esta semana volvemos a viajar de la mano de Carmen Porter a uno de esos lugares marcados, en esta ocasión un recinto que, como todos los de su especie, da terror porque en otras épocas eran construcciones gigantescas destinadas a fines en algunos casos amorales. Hablamos de un asilo para lunáticos situado en Virginia Occidental a mediados del siglo XIX.

El Trans-Allegheny Lunatic Asylum, un monumental hospital construido entre 1858 y 1881 renombrado como Weston State Hospital tras su apertura. Un edificio que iba a dar cabido a 250 pacientes en un principio pero que acabó convirtiéndose en una auténtica prisión para enfermos mentales.

Su primera intención era la de convertirse en un lugar agradable para estos pacientes, un lugar en el que tener espacios al aire libre, algo muy lejano a lo que en realidad se convirtió. El asilo para lunáticos, tal y como lo llamaban, empezó a albergar a demasiada gente, en torno a los 2.400, y en estas condiciones el hacinamiento provocó que los pacientes terminaran durmiendo en el suelo y que incluso algunos pasaran la noche en jaulas apiladas en el jardín del edificio.

Las prácticas médicas también era motivo de espanto en aquel lugar. La lobotomía se convirtió en una práctica habitual: “Les metía un punzón por la cuenca del ojo y con un martillo golpeaban para llegar hasta el cerebro, creyendo así que podrían curar sus enfermedades, cuando lo que solían provocar eran graves lesiones e incluso la muerte”.

Llegó un momento en el que los enfermeros, desbordados, fueron incapaces de controlar a los cientos de pacientes enfermos: “Estaban mezclados hombres y mujeres, rodeados de excrementos y orines, comenzaron los asesinatos entre pacientes e incluso mataron a una enfermera a la que encontraron meses después tras unas escaleras del centro”.