Hay historias que sacuden a una ciudad entera, hasta sus cimientos, y los almerienses aún se estremecen al recordar el derrumbe del edificio Azorín ocurrido el 15 de septiembre del año 1970. Fue tan inesperado que comenzó a suscitar misterio, como si una fuerza golpeara sus pilares.
Diez plantas con 72 viviendas se vinieron abajo, levantando una gran polvareda que muchos vecinos aún recuerdan. Viajamos hasta allí y nos hacemos ecos de los testimonios de las personas que lo vivieron muy de cerca: “A las personas mayores les hablas del suceso y se les pone la piel de gallina”, nos dicen. “Fue una hecatombe, una tragedia inesperada donde murieron muchas personas”.
Tiempo después, personas que visionaron el accidente, sufrieron graves incidentes. Por eso, hay quien piensa que aquella obra estaba maldita. Una serie de situaciones, aparentemente dispersas, con personas que participaron activamente o no en la historia del edifico Azorín: “Es complicado hablar de casualidades”, nos dicen. ¿Qué hay detrás de estas muertes?