¿Leyenda o realidad? Lo que se esconde tras la historia de los zombis chinos de las montañas Aleluya

  • En las famosas montañas Aleluya, escenario de la película ‘Avatar’, existió una antigua minoría que era capaz de despertar a los muertos

  • Con la ayuda de un brujo, los cuerpos eran devueltos a la vida a través de ungüentos y ceremonias

  • Los zombis chinos y otros momentazos del último programa de ‘Cuarto milenio’

Enric Calpe es un seguidor de ‘Cuarto milenio’ que lleva casi nueve años viviendo en China y que ha querido compartir con el programa la experiencia que vivió al viajar a las míticas montañas Aleluya, un paraje remoto situado en la ciudad de Zhangjiajie.

Enric conoció en su excursión a las famosas montañas de la película Avatar a una guía que le habló de la historia de los zombis chinos: ¿leyenda o realidad?

“Fuimos a Zhangjiajie a conocer el paisaje de las famosas montañas Aleluya y la guía nos estuvo explicando el folclore de la época, ella era de una de las minorías chinas que llevan allí asentadas unos 2500 años, fue ella la que nos habló de los zombis chinos (…) Al parecer, estos pobladores tienen la costumbre de que si alguien muere fuera del pueblo tienen la costumbre de regresar el cuerpo a la población para enterrarlo con sus familiares y sus seres queridos (…) Lo que pasaba es que mucha de esta gente que bajaba a los valles de las grandes ciudades a buscar fortuna era porque eran personas humildes, por lo que tenían que encargar a alguien el traslado de su cuerpo tras fallecer (…) Estas personas iban vestidas de negro y portaban las vísceras del muerto a la vez que tocaban un gong para avisar de su llegada, lo que aquí conocemos como la Santa Compaña”.

Si a esta historia le sumamos la imagen del brujo se convierte en un relato aterrador, pues cuenta la leyenda que en ocasiones era un experto en artes oscuras el encargado de transportar estos cadáveres hasta sus poblaciones de origen, para lo que conseguía resucitarlos a través de ungüentos y conjuros, siendo así ellos mismos los que caminaban hasta su lugar de origen. Finalmente estos seres volvían a entregarse a la muerte una vez estaban con sus seres queridos.