Imagínense un día cualquiera, en el metro, dirigiéndose hacia su trabajo, y de repente un demente entra en su vagón con una máscara de gas en el rostro y lanzando un objeto que usted desconoce, disparando además a diestro y siniestro. Aunque parezca el inicio de una película de suspense o terror, se trata de la más pura realidad, y es lo que ha ocurrido hace tan solo unos días en el metro de Nueva York.
Javier Pérez Campos y Pablo Vergel han traído hasta ‘Cuarto milenio’ las historias más sonadas de asesinos gaseadores, algunas de ellas ocurridas en nuestro país. Ha sido el propio Pablo Vergel quien ha contado que él mismo fue víctima de un robo en el que usaron gas para adormecer a la familia: “Ocurrió cuando yo era un niño, ese señor llegó incluso a entrar en mi cuarto”.
En los años 80 se produjo a lo largo de todo occidente una histeria colectiva por el aumento de los casos de gaseadores. Fueron decenas los “visitantes de dormitorio” que a lo largo del extenso territorio de Estados Unidos eligieron el gas como la solución perfecta para llevar a cabo sus robos y asesinatos. Repasamos los casos más espeluznantes.