Si una novia gitana quiere casarse, en muchas ocasiones, debe demostrar que es virgen. Dentro de la comunidad gitana hay una persona que se dedica a comprobar la virginidad de las novias: es la ajuntadora. Ellas son una institución dentro de la cultura gitana. Cualquiera no puede ser ajuntadora, es un trabajo que pasa de madres a hijas. "Si tú no eres ajuntaora y metes ahí la mano te pueden cortar un brazo". Nos dice María Pastora, una mujer gitana que vive en Marsella y es ajuntadora desde hace décadas. “La verdad y solamente la verdad” nos dice Josefa Giménez, quien lleva 17 años comprobando la virginidad de las novias en Cataluña. Según ellas ni se puede, ni se debe mentir. Toda la confianza está puesta en ellas.
Para saber si una novia es virgen se realiza “la prueba del pañuelo”. La escena es conmovedora. Callejeros ha asistido a uno de los momentos más íntimos e importantes de una familia gitana: la prueba del pañuelo de una hija. Una habitación repleta de mujeres, una cama y una novia nerviosa; a pesar de que nadie mejor que ella conoce el veredicto. Mientras, los hombres esperan fuera, la ajuntadora muestra el pañuelo con lo que ellos denominan “las tres rosas”. En el ambiente hay nervios, angustia, pero también alegría. Sólo la ajuntadora tiene el veredicto. Sus palabras y sus gestos son observados por todas las mujeres de la familia. “Callarse, esta novia tiene honra para daros a todos”, dice gritando María Pastora, una mujer de 70 años que también tiene genio para darles a todos. La mujer no permite que nadie ponga en duda su credibilidad y lo han hecho. La abuela de la novia no se fía de la virginidad de su nieta. Mientras la joven está tumbada en la cama, la ajuntadora protagoniza una escena que deja bien claro quién manda en la prueba del pañuelo. Callejeros está presente en un momento tenso. Finalmente el veredicto deja claro que sí hay boda.
'Ajuntaoras' es un reportaje de Sonia López.