Análisis de Struggling para PC y Nintendo Switch

  • Un juego indie incalificable y difícil de controlar que nos ha cautivado.

  • Maneja a un ser amorfo mientras se abre paso hacia su libertad.

Frontier Developments hizo un buen número de anuncios en la Gamescom 2020 y entre ellos sorprendió el anuncio y lanzamiento inmediato de Struggling, un sorprendente juego indie desarrollado por Chasing Rats en colaboración con Frontier Foundry. El título está disponible para PC y Nintendo Switch y nosotros ya hemos tenido ocasión de disfrutar, y sufrir, la delirante aventura que propone.

Struggling es un juego grotesco, extremadamente grotesco y delirante. El protagonista es un ser amorfo y deforme, un experimento fallido, salido de la probeta de un laboratorio de dudosa moral. Troya, que así se llama el engendro, está compuesto por un par de cabezas deformes y mezcladas entre sí, que en realidad son dos seres mutantes fundidos: Aquiles y Héctor. Cada uno de ellos, cada cabeza, cuenta con un brazo, igualmente repugnante y deforme. El brazo derecho lo controla Héctor y el brazo izquierdo, Aquiles. Que Troya consiga respirar y mantenerse con vida durante 5 minutos es un logro titánico. Que consiga moverse es un milagro.

Un control de locos

El control de Struggling es delirante. Si lo juegas en PC puedes intentar utilizar el teclado, pero el juego te pide encarecidamente que no lo hagas y que enchufes un mando. Y, aun así, vas a sudar sangre. Con el stick izquierdo moveremos el brazo izquierdo y con el gatillo izquierdo podemos hacer que su mano se agarre a lo que pille. Y el brazo derecho se mueve con el stick derecho y podemos cerrar su mano manteniendo pulsado el stick derecho. Y esos son todos los movimientos disponibles. Aquí no hay saltos (no tenemos piernas) ni podemos hacer que Troya ruede a voluntad, salvo si le dejamos caer por una superficie inclinada. Así, avanzar es una tarea compleja, haciendo mover sus brazos y agarrándonos al suelo, al techo o donde podamos, para luego arrastrar el deforme cuerpo de Troya.

Tardaremos un rato en cogerle el tranquillo a este complejo sistema de locomoción, entre los gritos y quejas de Héctor y Aquiles, que gritan cuando se golpean sus cabezas o cuando se acercan a un peligro inminente. El pobre engendro mutante grita de dolor y agonía a cada paso y, aunque no entendemos sus balbuceos, estamos seguros de que está diciendo a gritos: “¡por favor, mátame!”. Justo cuando somos capaces, más o menos, de desplazarnos con un poco de soltura, la cosa empieza a complicarse con plataformas que superar, objetos y sustancias peligrosas que esquivar y puzles imposibles que resolver.

Además de los botones para mover los brazos y cerrar los dedos de las manos, tenemos algunos otros que permiten que Héctor y Aquiles murmures o balbuceen (algo completamente inútil) pero extrañamente satisfactorio, otro para autodestruirnos si nos hemos atascado y queremos volver a empezar, y otros que permiten deshacerse de ambos brazos (y que se regeneren). Esta acción es especialmente útil en algunas circunstancias, como por ejemplo cuando se nos lían los brazos en nudos imposibles y ya son completamente inútiles o cuando necesitamos que Troya ruede mejor por una pendiente,

Struggling juega con las físicas de manera muy realista y por eso es tan difícil de controlar. En el mundo real, donde la física es una ciencia tan tozuda, no es fácil ser un engendro como Troya, y moverse e intentar realizar acciones cotidianas es un auténtico desafío. Y esto es, precisamente, el elemento más original y atractivo de esta aventura. Un control tan complejo y frustrante en cualquier otro videojuego de plataformas y puzles sería un fallo, una pega enorme que desataría nuestra ira. Pero los desarrolladores de Struggling han conseguido que ese extraño y frustrante control, deliberado, sea lo mejor del juego. Su esencia. Y con su historia y diseño consiguen que cambiemos el chip mental y pensemos: “a ver si soy capaz de pasar este nivel de plataformas con este engendro que nos es capaz casi de moverse”.

Dos héroes de leyenda que dan pena

Otro gran acierto de Struggling es su historia y el sentido del humor que destila. Los pobres Aquiles y Troya, que son dos despojos mutantes unidos entre sí y que suficiente tienen con conseguir vivir los siguientes cinco minutos, están llamados a convertirse en dos héroes de una vieja profecía. No son los héroes que merecíamos, pero sin duda son los héroes que necesitamos. O tampoco. Pero da igual. El juego es muy divertido y cada nivel, a pesar de presentarnos un desafío cada vez más complejo que nos hará morir y revivir unas cuantas veces para poder completarlo, siempre nos saca una sonrisa.

Y aunque es un juego difícil, está plagado de checkpoints para que no tengamos que retroceder demasiado con cada muerte. Muertes que se van anotando junto al registro de nuestra partida y que os aseguramos será una cifra muy alta cuando consigáis completar el juego.

Pero es que, además de resultar un juego muy divertido, y completamente delirante, y tener en su original control y movimientos su punto clave, Struggling cuenta con un diseño de niveles fabuloso y, sobre todo, muy variado. En cada nivel, Troya tiene que enfrentarse a cosas nuevas. Al principio solo arrastrarse, dejarse caer, superar plataformas o huir de enemigos. Pero después llegaremos a niveles donde Troya tiene que manejar dispositivos y maquinaria pesada y hasta pilotar una motocicleta. La cantidad de ideas distintas y opciones de gameplay que sus desarrolladores han conseguido construir en torno a este grotesco personaje es enorme y no deja de asombrarnos.

Y no hemos hablado del modo cooperativo. Y es que a los ‘enfermos’ de sus desarrolladores se les ocurrió la brillante idea de implementar un modo cooperativo para dos jugadores (con posibilidad online) en el que cada uno maneja a uno de los héroes: Héctor y Aquiles. Así, el jugador 1 controla el brazo izquierdo y el jugador 2 el brazo derecho. El resultado es incrementar la dificultad por 100. Si ya es complicado mover a Troya para un solo jugador, imagínate coordinar tus movimientos con otro jugador. Pasar los niveles aquí es una tarea casi imposible, pero las risas están aseguradas. Probarlo y no pararéis de reír.

El juego también está repleto de coleccionables que puedes intentar ir recogiendo por los distintos niveles (gorros y demás complementos para que tus mutantes estén más guapos) y guardarlos en la sala de trofeos que el bueno de Troya tiene en su guarida secreta.

En definitiva…

Struggling es un juego muy original, muy divertido y que solo puede sorprenderte para bien. No esperes un título de plataformas tradicional porque este juego no tiene nada que ver con lo que has jugado antes. Vas a desesperarte, pero lo vas a hacer con una sonrisa en la boca. Un título indie cargado de buenas ideas y, por qué no decirlo, muy valiente. Sólo un estudio independiente se atreve a hacer propuestas como estas y es una suerte que un grande como Frontier, a través de su programa de apoyo a estudios independientes, ha ya apostado por él.