Análisis de Getsufumaden: Undying Moon: un clásico de Konami que vuelve con aires de roguelike

  • Un clásico de Famicom de 1987 que renace de sus cenizas con un increíble estilo artístico ‘Ukiyo-e’

  • Getsufumaden: Undying Moon es un exigente y entretenido 'roguevania'

Desde luego fue toda una sorpresa que Konami eligiera un título tan desconocido, al menos en occidente, como Getsu Fuma Den, para realizar una secuela moderna. Se trataba de un buen juego, un título de acción 2D que llegó a Famicom en 1987 pero que nunca salió de Japón, por lo que por estos lares es bastante desconocido. Y es que también tuvo que competir con la popularidad de Castlevania, que se lanzó el año anterior, y que se llevó todos los focos. Pero, precisamente por eso, encontrarse con esta secuela puede disfrutarse como un juego completamente nuevo, sin necesidad de recordar el clásico. Aunque tenemos que decir que aquel título estaba muy bien para su tiempo y recuperar una licencia como esta dice mucho de las ganas de Konami por homenajear a su historia, que es larga y repleta de éxitos.

Pero a la acción 2D tradicional que presentaba su predecesor (con referencias propias al propio Castlevania o Metroid), Konami ha querido añadir mecánicas propias de un ‘roguelite’, un género muy de moda, por lo que les ha salido un juego muy, muy similar a Dead Cells. De hecho, cualquier jugador del popular título de Motion Twin se va a encontrar como en casa (salvando las distancias) con el título de Konami. Así, Getsufumaden: Undying Moon es un metroidvania roguelite de manual (subgénero que ahora incluso se llama ‘roguevania’), pero con un estilo artístico único, eso sí.

El juego se lanzó en Early Access en Steam el año pasado, pero ha sido este mes de febrero cuando se han añadido todas sus mejoras y extras y ya está disponible la versión 1.0. Además, el título ha llegado a la eShop de Nintendo Switch. Y este último formato es el que hemos probado para este análisis.

La historia del juego no es que sea demasiado profunda ni demasiado original, y tampoco tiene una excesiva presencia en el juego, pero sirve de fabuloso contexto para esta exquisita ambientación. “Tras 1.000 años de paz, el sello de la puerta del infierno se abrió y una avalancha de espíritus malignos se liberó en el mundo. Al borde de la destrucción, Getsu Fuma debe liderar a su clan y adentrarse en los abismos del infierno para acabar con el mal”. Y no necesitas saber más. Tienes al héroe, a un montón de demonios de todo pelo y las armas que vas encontrando y mejorando para poer enfrentarte a todos ellos.

Eso sí, el juego es difícil, todo un reto que te llevará a morir, bastantes veces. Pero, con cada muerte, Getsu Fuma tendrá la oportunidad de hacerse más fuerte, mejorar sus armas y evolucionar, para enfrentarse con más posibilidades en el nuevo intento. Ligeros cambios en los escenarios harán que la nueva partida cambie, aunque no demasiado, pero la evolución del protagonista hará que podamos seguir adelante, aprendiendo a utilizar el mejor set de armas que se adapte a nuestro estilo y aprendiendo los movimientos y puntos débiles de los demonios que antes nos cerraron el paso para poder superarlos. Desde luego, estamos ante un juego que se aleja del beat’em up y que nos obliga a llevar un ritmo lento, pausado, aprendiendo de nuestras ventajas y debilidades para aprovechar el momento adecuado para dar el golpe decisivo y seguir adelante en la aventura.

En nuestro camino no encontramos recuperadores de salud y estaremos a merced de nuestra reserva de posiciones, aunque sí que podremos recuperar ítems de los enemigos caídos, acumularlos y después utilizarlo de moneda para comprar mejoras para tus armas y la progresión del personaje. Pero es importante decir que esa progresión es lenta, deliberadamente lenta. Parece que los diseñadores del juego decidieron alargar la vida del mismo haciendo que este aspecto fuera muy despacio, lo que puede ser algo bueno para algunos jugadores, pero un factor algo desesperante para otros con menos paciencia. No es un roguelite especialmente difícil, pero si que cuesta mucho progresar.

El mapa de Yori, el mundo donde se desarrolla el juego, es enorme y tendrá decenas de zonas secretas que requerirán de mucha (pero muchas, muchas) partidas para obtener las llaves necesarias para explorar todo al 100%. Los completistas tienen largas jornadas por delante para exprimir este juego repleto de sorpresas. Todo ello derrotando a cientos de enemigos de todo tipo y una colección de enemigos finales muy divertidos de enfrentar.

Pero, sin duda, el aspecto en el que más destaca Getsufumaden: Undying Moon es en su lado artístico. Todo el juego está dibujado a mano, como un exquisito homenaje al estilo artístico nipón conocido como ‘Ukiyo-e’. Y el resultado es tan alucinante que, a veces, recibirás daño por estar alucinado contemplando los fondos, personajes, demonios y efectos gráficos. Todo es precioso y espectacular, aunque es cierto que esta alucinante superposición de tintas y acuarelas a veces nos ha causado algún problema: no hemos detectado algún enemigo a tiempo o nos hemos perdido a la hora de dejarnos caer en alguna plataforma.

Eso sí, la interfaz y los menús son bastante confusos y es casi imposible leer toda su información y aclararse con ellos en el modo portátil de Nintendo Switch (no están bien adaptados y la tipografía es demasiado pequeña). Los fans del juego pueden hacerse, además, con una edición Deluxe en Switch que incluye un libro de arte digital, la sonora original y una versión del juego original japonés Getsu Fūma Den, que nunca antes se había lanzado en occidente. Eso sí, esta versión del clásico cuenta con los menús traducidos, pero no los extensos textos en pantalla del juego, que siguen en japonés.

En definitiva…

Estamos ante un completo y atractivo ‘roguevania’ que no va a defraudar a los fans del género, sin una alta dificultad, pero desafiante para casi todo tipo de jugadores. El sistema de combate es muy profundo y satisfactorio, aunque su sistema de progresión es desesperadamente lento, aunque este elemento puede ser positivo para algunos jugadores, que disfruten con extender la experiencia horas y horas. A nivel artístico es una maravilla digna de disfrutar, con unos gráficos y animaciones 2D de una belleza incontestable. Un fabuloso homenaje a un juego clásico que no conocíamos demasiado por estos lares.

*Hemos realizado este análisis con un código de Getsufumaden: Undying Moon para Nintendo Switch proporcionado por Konami.