Iván Martínez es un autónomo que ha sido golpeado duramente por el coronavirus. El estado de alarma ha arrasado con su negocio y, después de casi tres meses, el empresario reconoce que tiene "unas deudas de 20.000 euros".
"Gracias a Dios teníamos las cuentas saneadas", explica relajado cuál era la situación que su empresa atravesaba antes del coronavirus. Sin embargo, tras el estado de alarma tuvo que ir a un ERTE porque no podía satisfacer a sus empleados y "no podía mantener el negocio a flote".
La crisis económica es tan grande que Iván Martínez ha tenido que consultar con varias entidades bancarias para buscar una solución drástica: "El lunes pasado pedí un crédito". El autónomo confiesa que ha hablado con varios compañeros de profesión para poder informarse de cómo lo estaban financiando todo.
El implicado pidió un préstamo ICO para poder salvar la economía de su negocio. Sin embargo, él no sabía que le estaban tendiendo una trampa. "Pedí un seguro de vida de 40.000 euros y me copiaron un seguro de vida", matiza.
"Vi que era una práctica abusiva", explica. Tal es así que el mismo Gobierno anunció el 6 de abril que no se podía adjuntar ningún tipo de seguro a los créditos ICO. El afectado ya ha reclamado porque debería pagar por la "gracia" del seguro un total de 1.500 euros más.