La operación policial que truncó la venta de cuadros robados de Esther Koplowitz: "Me reconoció y vio que no le iba a matar"
Así se dio la operación policial que truncó la venta de cuadros robados de Esther Koplowitz y que acabó con la detención de Ángel Suárez, Casper
El testimonio del infiltrado en la banda de Casper que logró frustrar sus planes: "A nivel psicológico es desgastador"
Cuando el dinero negro de la banda, tanto en circulación como en depósito, desciende al ponérselo cada vez más difícil los organismos que lo persiguen, deciden derivar parte del negocio hacia otros negocios pues su principal fuente de ingresos se ha visto afectada.
Dos pinturas de Goya y otras 12 cuadros de gran valor de pintores de la talla de Sorolla, Brueghel o Juan Gris desaparecieron de la vivienda madrileña de la empresaria Esther Koplowitz sin dejar ningún tipo de rastro, teniendo que enfrentarse únicamente al vigilante de la propiedad pues esperaron a que la misma no se encontrase en el interior para dar el gran golpe.
Jon Imanol Sapieha, conocido como 'El Sapo', se había encargado de alquilar un piso cerca de la casa de la empresaria para guardar el botín porque "nadie se imaginaba que estuvieran allí". Tenían acordado sacar los cuadros el 15 de septiembre, sin imaginarse que el 11 ocurriría el atentado de las torres gemelas. "Se me cayó el negocio. Ya no tenía comprador", señala el integrante.
La Guardia Civil creyó que el mejor lugar para ocultar los cuadros era en un local de su propiedad situado en Madrid, así que allí mismo se presentaron. Sin embargo, no encontraron nada aunque Paco París, comandante del cuerpo, está convencido de que en algún momento lo estuvieron aunque fuese por poco tiempo. No obstante, la socia de Casper, Gabriela, niega esta información rotundamente: "¿Cómo se atreven a decir que tenían guardados los cuadros debajo de las camas si las camas eran de ladrillos?"
La prisa fue traicionera
Ante aquella situación, Casper mete prisa a 'El Sapo' para vender los cuadros, cavando de esta manera su propia tumba. Un día, el comisario de la Policía Nacional Jaime Barrado se reúne a petición de Emilio Rodríguez Menéndez, abogado, con él y con Casper para hablarle de un supuesto hipotético caso en el que ellos tenían en su poder las obras de arte.
Ambos le ofrecen un trato: Ellos le darían los cuadros a cambio de que él se pusiera en contacto con Esther Koplowitz y trajese dos mil millones de pesetas. Su reacción fue informar a sus superiores para ponerse manos a la obra y organizar una encerrona en el hotel Meliá que tuvo lugar tres días después.
La encerrona en el hotel Meliá
Dos compradores de mentira, un agente encubierto y un experto en arte del FBI se reúnen con los dos ladrones, Ángel Suárez y Juan Manuel Candela. Casper espera en el hall desayunando mientras el otro sube a la habitación concertada con el cuadro para hacer un intercambio de la obra por un millón de euros mientras 100 agentes de policía vigilaban la transacción desde todos los puntos.
Unos cuantos de ellos esperaban en la habitación del frente la señal para detener al ladrón y así fue. 'El Sapo' se tira al suelo directamente hasta que ve al comisario de la Policía Nacional. "Me reconoció de otras detenciones anteriores y ya vio que no le iban a matar", cuenta. Posteriormente es detenido Casper y son enviados del hotel al calabozo, del calabozo al juez y del juez a Soto del Real.