DANA

El limbo en el que viven Felipe y Constanza: no saben si podrán reconstruir o volver a su casa tras la DANA

El limbo en el que viven Felipe y Constanza: no saben si podrán volver a su casa pese a las ayudas de la DANA
Felipe y Constanza viven en un limbo. Imagen: J. Polo y P. Bastida
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ValenciaHablar de vivienda es una pesadilla para los vecinos de los municipios afectados por la DANA. La Generalitat acaba de prolongar un año más las ayudas de hasta 800 euros para el alquiler. Pero en algunas localidades, como Picanya, no saben ni siquiera si podrán reconstruir o si podrán volver a sus casas, según informa Manu Reyes.

En un limbo. Así declaran sentirse Felipe y Constanza en la calle Almassereta, junto al barranco. Tiene muchas dudas de qué podrán hacer, cuál será su futuro y dónde acabarán viviendo. Y por ahora, como él nos dice, “hay 1.000 preguntas y ninguna respuesta”.

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“Puede haber conseguido con mucho retraso que se haga el término parcial. Estamos a la espera de que entre el arquitecto y valore los daños de la vivienda para poder cobrar el seguro”, explica Felipe.

"Mi corazón sufre cuando veo la casa, tengo que admitirlo", reconoce Constanza

Ellos están en un piso provisional, una situación que terminaba y que ahora ha sido prorrogada por el ayuntamiento y la Generalitat. Pero ver su hogar destrozado sin poder reconstruirlo es desolador para Constanza. “Mi corazón sufre cuando veo la casa, tengo que admitirlo. Es muy duro y en consecuencia la he visto”, confiesa ella.

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El ayuntamiento ha congelado las nuevas licencias de obra en la zona. Los afectados piden que se ponga el foco en una solución de vivienda real y estable. “Personas que se han quedado en la calle, pues no pueden estar indefinidamente por ahí”, lamenta una vecina.

Felipe pide que su olivo se mantenga en el lugar

“Pero Felipe y Costanza están aquí malviviendo en un centro, están pagando hipoteca. No tienen casa y tampoco les dan permiso para tenerla”, recalca José María, hijo de la afectada. Felipe, de 74 años, teme perder o no volver a su hogar, pero tiene una petición, que su olivo se mantenga en el lugar.

“Yo no sé si al final esto va a ser un parque. Lo que a mí me gustaría mucho es que por lo menos respetasen el olivo. Los árboles que había en la calle Almassereta, que eran grandísimos, se los llevó el agua y este es el único que ha resistido”, pide Felipe. 328 días después, muchos vecinos siguen sin volver a su hogar y no saben si lo lograrán.