La recomendación clave es correr de manera transversal al viento, hasta alcanzar la zona ya arrasada por el fuego
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Este será uno de los peores años en cuanto a incendios en España. Si contamos los fallecidos en julio, los fuegos forestales se han cobrado la vida de seis personas. Por ello, es importante saber qué hacer en caso de que nos sorprendan las llamas.
A ello nos ayuda Antonio Novillo, bombero instructor de la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), con quien realizamos un recorrido por el monte.
La primera regla es sencilla: si ve humo, dé la vuelta de inmediato. Sin embargo, no siempre hay margen para reaccionar. Cuando la humareda lo envuelve todo y la visibilidad es nula, la recomendación es detener el vehículo a un lado del camino y dejar las llaves puestas para que los equipos de Emergencia puedan moverlo en caso necesario.
"La mayoría de accidentes en estas circunstancias ocurren porque la gente intenta maniobrar a ciegas", advierte Novillo. De hecho, fue lo que paso en el incendio con dos muertos de Lleida el pasado 2 de julio. Pese a que iban en un todoterreno, este se atascó en un murete. Salieron corriendo pero ya fue demasiado tarde, el fuego les cazó.
En 2017, durante el devastador incendio de Portugal, 30 personas fallecieron en apenas medio kilómetro. Muchos de los vehículos siniestrados mostraban impactos entre sí o contra árboles, consecuencia de intentos desesperados por escapar.
Ante esta situación, abandonar el coche es más seguro que permanecer dentro. A pie se avanza más despacio, pero con la ventaja de poder elegir la dirección de huida. El objetivo, explica el instructor, es buscar la zona ya quemada: "El lugar más seguro siempre está detrás del fuego".
Aunque a simple vista el frente de llamas pueda parecer un muro impenetrable, en realidad los incendios forestales suelen avanzar con forma de elipse, ensanchándose según la dirección del viento y la pendiente del terreno. Por ello, la recomendación clave es correr de manera transversal al viento, hasta alcanzar uno de los flancos del incendio y pasar por detrás del fuego a la zona calcinada.
No conviene confiarse en un cortafuegos: si el fuego avanza por las copas, puede saltar incluso lagunas o carreteras. No pare de moverse hasta que se encuentre a salvo. Como último recurso, y solo si las llamas lo alcanzan, lanzarse al agua puede ser una opción de supervivencia. Pero si hay muchas llamas están absorverán el oxigeno que haya
En cualquier otro caso, la pauta es clara: seguir avanzando de forma transversal al viento hasta alcanzar la zona ya arrasada por el fuego. Allí, donde el incendio ya no tiene combustible, está la verdadera salvación.

