Pequeños gestos como revisar la potencia eléctrica, evitar los “gastos hormiga” o comprar alimentos de temporada pueden suponer un gran ahorro
El coste de oportunidad de tu dinero: por qué tener tus ahorros parados en el banco es una mala decisión
Vivimos en un momento de inflación persistente, con las hipotecas más caras y unos precios de la energía que continúan dando sustos, por eso, cada vez más familias buscan maneras de ahorrar sin renunciar a su comodidad. Lo más curioso es que, aunque se asocia el ahorro a grandes sacrificios, los expertos en finanzas personales insisten en lo contrario: la mayor parte del ahorro real proviene de pequeños gestos cotidianos que casi no requieren esfuerzo.
El hogar es el epicentro del consumo: luz, calefacción, electrodomésticos, agua, productos de limpieza, alimentación… todo cuenta. Según analistas de eficiencia energética y organismos como el IDAE, una parte importante de ese gasto es “elástico”, es decir, se puede reducir ajustando hábitos, optimizando el uso de los aparatos o gestionando mejor cuánto y cómo se consume la energía. No son medidas drásticas, sino trucos prácticos, los cuales si se acumulan, pueden suponer decenas de euros al mes.
Pedro Becerro, un reconocido experto en finanzas personales y ahorro inteligente ha compartido en el podcast “Tiene sentido” de Eli Romero, cuáles son esos pequeños ajustes que suelen pasar desapercibidos pero pueden suponer una cantidad importante. Para Becerro, el euro y medio o los dos euros que cuesta el café, pueden convertirse en un pico importante al mes.
En el supermercado: comprar con estrategia, no con prisa
Becerro comienza por el lugar donde más dinero se pierde de manera silenciosa: la compra semanal. Su primer truco es de lo más sencillo: “Si vas a comprar el salmón en la bandeja ya cortado, el precio son 20-30 euros el kilo. Si te traes el salmón entero, ronda los 10 euros cuando está en oferta [..] pues estás pagando el doble por el salmón”.
En este caso, se recomienda mirar el precio por kilo y no por pieza. De esta manera, se puede pedir que se trocee la pieza en la pescadería, congelar las raciones y sacarlas según se vayan necesitando. Con este gesto, se puede reducir a la mitad el coste de uno de los productos más caros del carrito.
Por otro lado, recomienda que se compren productos de temporada, ya que siempre es más económica porque hay mucha producción. Comer lo que corresponde a cada estación permite mantener una alimentación variada sin que el ticket se dispare. Por último, insiste en comprar pescado y carne solo cuando están en oferta.
Con estos pequeños ajustes, si se suman, se pueden ahorrar unos 30-50 euros al mes.
Los “gastos hormiga”: ¿qué parte del dinero desaparece?
Los gastos hormiga son el verdadero agujero negro de las finanzas domésticas. No se es consciente, pero cuando se suman todos los gastos es una cantidad considerable. Un ejemplo sería el famoso café diario en el bar que suele costar 1,5 euros, pero si se toma cada día puede sumar unos 500 euros al año. Lo mismo sucede con chicles, chocolatinas, revistas o cualquier pequeño antojo que se compra mientras se espera en la caja del supermercado.
Becerro insiste en que no hay que prohibirse nada, se trata de ser consciente de dónde va el dinero. Cuando se visualiza que estos gastos que pueden suponer unos 300-500 euros al año, se puede decidir si se prefiere continuar saciando estos antojos o destinar ese dinero a unas vacaciones, a ocio o ahorro real.
Suministros: el mayor ahorro donde nunca se mira
Este experto reconoce que es la parte donde más dinero se puede recuperar, y además, casi nadie lo suele revisar. Uno de sus trucos es cambiar de seguro anualmente, ya que la contraoferta puede ser de un 40-50% de bajada. Esto suele funcionar porque las aseguradoras hacen grandes descuentos para retener a los clientes cuando anuncian que se quieren marchar: “Primero llamo para decir que me voy… la contraoferta baja un 40 o un 50%”.
En el caso de la luz, Becerro da un golpe directo a la mayor fuga de dinero de los hogares. Señala que si nunca se ha mirado una factura de la luz, puede que la potencia contratada sea mucho más alta de lo que se necesita. Tan solo bajando esa potencia que no se necesita, se puede ahorrar.
El mismo reconoce que puede dar pereza revisar todos estos contratos, pero al hacerlo se puede ahorrar de manera considerable y se va viendo lo que se gasta mensualmente. Él mismo tiene un Excel con todos sus recibos del año para poder visualizar de manera sencilla cuánto dinero se va en suministros.
Transporte: lo que más dinero ahorra
Lo primero que se pregunta este experto es: “¿Tiene sentido tener coche?”. En ocasiones, la respuesta es sí, ya que depende del trabajo, la ubicación o las conexiones disponibles de transporte público, pero en otros casos es completamente innecesario. Cuando es algo prescindible, mantener un coche puede convertirse en lo que él llama “un pozo sin fondo”.
Entre el seguro, mantenimiento, ITV, neumáticos y depreciación, tener un coche sin que sea una necesidad real supone miles de euros al año. Por eso, su truco consiste, básicamente, en replantear si se necesita o no el coche y cuáles son las alternativas más rentables, como el transporte público o incluso alquilar un coche solo para esos momentos en los que se necesita.
Redirigir el ahorro a lo que sí importa
Cuando se ajustan estas variables, puede aparecer dinero sin cambiar el nivel de vida. Este dinero se puede destinar a diferentes aspectos como invertir en formación o simplemente, dedicar más dinero a ocio.
Este experto señala que mejorar las finanzas no es un castigo, es una liberación. Según este experto, el problema no es tanto el sueldo que se gane, sino dónde se va el dinero.


