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Los gastos hormiga se comen hasta el 15% del sueldo al mes: cómo detectarlos y acabar con ellos

Barista cafe making coffee preparation service concept
Un café al día sería uno de esos gastos hormigaFreepik
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MadridDurante el día a día, se suelen realizar compras que no se consideran importantes: un café, una suscripción de algo que casi no se usa, un antojo repentino… estos gastos a los que no se les da ninguna importancia pueden terminar teniendo un impacto grande en la economía personal.

Estos son los llamados gastos hormiga, y aunque parecen inofensivos pueden llegar a sumar cantidades considerables a final de mes. Según un informe de la consultora de educación financiera Fintonic, los gastos hormiga pueden suponer hasta un 15% del sueldo mensual.

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Por poner un ejemplo, en un sueldo de 1.500 euros, estos gastos que no se consideran importantes pueden suponer hasta 225 euros. Lo grave de este gasto hormiga es que no nos damos cuenta, por lo que identificarlos y aprender a gestionarlos puede ser la clave para mantener una buena salud financiera y destinar estos recursos a objetivos más importantes, o sencillamente, ser conscientes del gasto que suponen estos pequeños gestos.

¿Qué son exactamente los gastos hormiga?

El término “gasto hormiga” se utiliza en finanzas personales para denominar a las pequeñas salidas de dinero que, por su bajo importe, pasan completamente desapercibidas. Esto nunca son grandes compras o gastos esenciales como el alquiler, la hipoteca o cualquier factura, son consumos cotidianos que se suelen hacer por impulso y que son aparentemente inofensivos.

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Un gasto hormiga puede ser un café para llevar, comidas o cenas fuera de casa, snacks o refrescos de máquina, suscripciones que no se utilizan, compras compulsivas en tiendas físicas u online e incluso tomar un transporte innecesario. La mayoría de estos gastos suelen estar vinculados a hábitos o impulsos más que a necesidades reales, y lo más preocupante es que no se suele tener un control detallado de los mismos.

¿Por qué son un problema?

El principal problema de los gastos hormiga es que van dañando poco a poco la capacidad de ahorro. Se trata de cantidades pequeñas, que en el momento no provocan ningún tipo de alerta, pero que si se van sumando mes a mes, pueden suponer una cantidad más preocupante.

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Por ejemplo, un café al día son 2 euros, si se toma diariamente son 60 euros al mes, que pueden suponer alrededor de unos 720 euros al año. Si se añaden suscripciones olvidadas, snacks o compras por impulso puede suponer más de 1.300 euros al año.

Estos gastos, además, son los que hacen más complicada una planificación financiera a medio y largo plazo. Como no están dentro del presupuesto, se acaban financiando sin pensar, lo que hace que el margen para ahorrar o invertir en algo más relevante como disponer de un fondo de emergencia, unas vacaciones o incluso la jubilación sea una tarea complicada.

Cómo se detectan los gastos hormiga

Estos gastos pueden ser fácilmente identificables, con algo de control y disciplina se pueden reducir. Lo primero que hay que hacer es llevar un registro exhaustivo de los gastos diarios. Se puede probar durante un mes. Durante este tiempo se deben anotar todos los gastos que se tengan, por pequeños que sean. Para ello se puede usar una libreta, una hoja de excel o alguna aplicación de control financiero. Con este registro, se podrá ser capaz de visualizar patrones que sin poner atención pasarían completamente desapercibidos.

Una vez que se tenga el registro de los gastos, se debe clasificar y cuantificar los gastos por categorías: comidas fuera de casa, ocio, transporte, ropa, suscripciones… Las categorías deben ser seleccionadas en base al estilo de vida que se tenga. Gracias a esto se podrá ver con claridad dónde va el dinero y se pueden detectar gastos más grandes que no se tenían en cuenta, por ejemplo, 60 euros al mes en comida a domicilio o más de 100 euros por desayunar todos los días fuera.

Cuando ya se tienen todos los datos encima de la mesa, queda reflexionar sobre cada gasto y preguntarse si es realmente necesario o sencillamente responde a un impulso que se podría haber controlado. También se puede valorar si había alguna alternativa más económica o si se podría haber eliminado por completo. Por ejemplo, en vez de pedir café para llevar al trabajo todos los días se podría optar por un termo de café de casa, o en vez de pedir comida a domicilio todos los fines de semana, se puede elegir cocinar en casa.

Esto no quiere decir que nunca se pueda pedir un café para llevar, cenar fuera de casa, pedir comida a domicilio o comprar online alguna vez. Se trata de ser conscientes de los gastos y tenerlos en cuenta en el presupuesto para poder ahorrar y no sentir que el dinero desaparece.

Cómo eliminar o reducir los gastos hormiga

Cuando ya se tienen detectados estos gastos hormiga, es hora de pasar a la acción y comenzar a buscar formas para minimizarlos.

Una opción sería comenzar destinando una cantidad fija al mes para gastos “capricho”. Por ejemplo, se pueden asignar 30 o 40 euros a esa categoría para poder darte pequeños antojos sin excederse. Hay que tener en cuenta que muchos gastos hormiga aparecen por una falta de previsión, por lo que, llevar un snack en el bolso o una botella de agua puede evitar estos gastos innecesarios.

Como el objetivo principal es ahorrar, lo que se puede hacer es programar transferencias automáticas a la cuenta de ahorro justo después de cobrar el salario. De esta manera, se asegura ahorrar una cantidad fija al mes antes de que puedan aparecer estos gastos.

Cada cierto tiempo se deben revisar estos gastos hormiga, sobre todo las suscripciones digitales. En muchas ocasiones incluso no se utilizan pero se siguen pagando, e incluso pueden haber opciones más económicas como los planes familiares o compartidos.

Por último, una manera de motivarse es transformar el dinero que se hubiera destinado a cubrir estos gastos hormiga en experiencias o compras planificadas que se disfruten realmente.