Ahorro

¿Tus hijos reciben paga? Estrategias para enseñarles a ahorrar y usarla con cabeza

Dividir el dinero por objetivos o llevar una libreta de gastos son algunas estrategias
Dividir el dinero por objetivos o llevar una libreta de gastos son algunas estrategias. Freepik
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Enseñar a los más jóvenes a gestionar su dinero es una necesidad. Sin embargo, la educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente en muchos hogares y, sobre todo, en los colegios. Más del 60% de los jóvenes españoles no sabe cómo manejar su economía personal porque no ha recibido nociones para ello ni en el colegio ni en casa.

Debido a esto, la paga se convierte en algo mucho más importante que una simple cantidad semanal o mensual de dinero: puede ser una manera de aprender a gestionar el dinero. Entregar una cantidad de paga razonada permite que los niños puedan aprender a diferenciar entre deseos y necesidades, planificar gastos, valorar el esfuerzo que supone ese dinero y asumir consecuencias derivadas de ello. La clave está en cómo se gestiona: con qué frecuencia se da, bajo qué condiciones, con qué objetivos y qué conversaciones y límites acompañan a ese dinero.

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¿A qué edad conviene comenzar a dar la paga?

No hay una edad universal para comenzar, pero la mayoría de los expertos coinciden en que sería bueno que fuera entre los 6 y 8 años. A esa edad, los niños ya empiezan a entender conceptos básicos de valor, pueden identificar monedas y billetes, y también empiezan a desarrollar autonomía en sus decisiones.

Una cosa que deben entender los padres es que la paga no debe ser ni un premio ni un castigo. Debe ser utilizada como una herramienta educativa que se acompaña con un diálogo para que el niño entienda qué significa eso. Los niños deben experimentar, de manera segura, con la gestión de sus propios recursos.

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Semanal, mensual o según las tareas que hagan

Elegir la frecuencia y la manera de dar la paga es otro aspecto importante. Según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), lo más aconsejable en edades tempranas es que la paga sea semanal y de una cantidad simbólica, para que así los niños puedan practicar la planificación a corto plazo. Según crecen, puede pasar a ser dada mensualmente para fomentar el control de gastos más amplios.

Otro debate muy común es si debe estar vinculada a tareas domésticas. Muchos expertos desaconsejan este enfoque, ya que, los niños deben colaborar en casa por responsabilidad y no por dinero. Si se relaciona la paga con las tareas, se envía el mensaje de que todo esfuerzo merece una recompensa económica, cuando no es real. En cambio, sí que se puede incentivar el ahorro mediante pequeños extras por metas cumplidas o conductas responsables con el dinero.

En relación a cuánto dinero es adecuado, tampoco hay una cifra única. Depende más del nivel socioeconómico de la familia, la edad del menor y el tipo de gastos que se espera que gestione. Según la OCU, la paga media en España oscila entre los 5 y los 10 euros semanales para niños de 6 a 12 años, y entre 15 y 30 para adolescentes. No importa tanto la cantidad, sino el sentido educativo con el se da.

En cualquier caso, se aconseja que se eviten excesos y adaptar la paga al contexto familiar. También puede reducirse de manera temporal si se pasa una mala racha, explicándolo siempre con naturalidad como parte de la vida.

Cómo enseñar a ahorrar: métodos eficaces según la edad

Enseñar a ahorrar es tratar de proporcionar herramientas concretas que puedan ayudar al niño a interiorizar conceptos como la planificación, la paciencia o el valor del dinero. Además del clásico método de los tres sobres: uno para gastar, uno para ahorrar y otro para donar o invertir. Esto permite a los niños visualizar mucho mejor la distribución de su dinero y entender que no todo debe gastarse de inmediato. Por ejemplo, si la paga son 5 euros, 3 de ellos se podrán gastar, 1 euro deberá ser ahorrado y el otro euro restante será para donar o reservar.

A partir de aquí, pueden aplicarse enfoques más dinámicos como el método del objetivo visual, que motiva a los más pequeños a ahorrar con metas tangibles, representadas con imágenes pegadas en su hucha o en un cartel.

Según van creciendo, se pueden introducir sistemas más estructurados, como el reto del euro semanal, el cual les enseña la constancia en el ahorro progresivo, o la división por porcentajes, que es perfecta para adolescentes que ya manejan conceptos más abstractos como por ejemplo, destinar un 50% a gastar, un 30% a ahorrar y un 20% a imprevistos o solidaridad. Estas fórmulas refuerzan la planificación financiera y la toma de decisiones responsable.

También es útil apoyarse en juegos de mesa o apps educativas que les permitan experimentar con el dinero en entornos simulados. Juegos como el Monopoly pueden ser muy eficaces para reforzar estos aprendizajes desde la diversión. Por otro lado, llevar un diario del dinero, ya sea en papel o digital, también les permite tomar conciencia de en qué se les va la paga y reflexionar sobre sus hábitos de consumo.

Por último, pueden utilizar el sistema de metas múltiples, el cual puede ser con varias huchas o sobres con diferentes objetivos. Éste es especialmente útil para adolescentes. Es una técnica que les enseña a distribuir recursos entre necesidades distintas, algo esencial en la vida adulta. En cualquiera de los ejemplos, el acompañamiento de un adulto y el ejemplo que reciban en casa es tan o más importante que el método que se elija.