Ahorro

Organiza tu despensa para gastar menos: sistema FIFO y otros trucos de cocina inteligente

Ordenar bien la despensa es fundamental para mantener un control
Ordenar bien la despensa es básico para mantener un control. Freepik
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La cesta de la compra no deja de subir. Hemos visto cómo los precios de alimentos básicos como el aceite de oliva, la leche o las verduras han vuelto a subir en España. Ante esta realidad, cada vez son más los hogares que buscan fórmulas para ahorrar sin tener que renunciar a llevar una alimentación equilibrada. Una de ellas empieza, sencillamente, por abrir la puerta de la despensa.

Organizar bien los alimentos que se tienen en casa puede ayudar mucho a reducir el desperdicio, planificar mejor los menús, evitar comprar lo mismo y, sobre todo, ahorrar. Una despensa caótica es sinónimo de dinero malgastado: productos que caducan, alimentos que se olvidan en el fondo de un armario o repeticiones completamente innecesarias en la lista de la compra. La clave está en adoptar estrategias de gestión alimentaria que han funcionado durante años en la industria como el sistema FIFO (First In, First Out) y llevarlas al hogar.

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¿Qué es el sistema FIFO y cómo puede aplicarse en casa?

El sistema FIFO es una técnica de gestión de inventario basada en consumir primero lo que entra primero. Esto significaría que los productos más antiguos, es decir, los que se compraron primero, tendrían que colocarse delante de los más nuevos para poder ser consumidos antes de que puedan caducar.

Habitualmente, esta técnica se aplica en supermercados, comedores escolares o restaurantes pero, la realidad es que, también puede ser muy útil en casa. Para conseguir aplicarlo hay que seguir tres sencillos pasos:

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  • Clasificar los alimentos por tipo y fecha: se deben agrupar los productos por categoría (legumbres, conservas, cereales, fruta, salsas…) y ordenar cada grupo por fecha de caducidad o consumo preferente.
  • Colocar lo más antiguo al frente: cuando se compren productos nuevos, en vez de ponerlos los primeros, se deben mover los antiguos hacia delante y los nuevos detrás de estos.
  • Hacer revisiones periódicas: una vez al mes, se debe revisar la despensa para poder detectar productos que estén próximos a caducar y priorizarlos en los menús semanales para no desperdiciarlos.

Trucos de cocina inteligente para ahorrar en la despensa

Hacer compras estratégicas con productos versátiles

Optar por alimentos de larga duración y que puedan adaptarse a distintos platos, como pueden ser productos básicos como arroz, lentejas, pasta, garbanzos, tomate triturado, atún en lata. Estos productos permiten tener un margen de improvisación y hacer comidas variadas sin tener que recurrir a nuevos ingredientes.

Agrupar por zonas y frecuencias de uso

Otra manera de organizar la despensa sería por zonas: una para básicos de diario, otra para productos de repuesto, otra para caprichos y otra para productos que se utilicen menos. Esto reduce la tentación de abrir productos sin tener en cuenta si hay alguno igual ya abierto, y ayuda a visualizar mucho mejor el uso que se hace de cada categoría.

Planificar las comidas con antelación

Una de las claves del ahorro es evitar improvisar cuando se cocina. Lo más recomendable es planificar las comidas en una hoja semanal visible. Para poder hacer más optimizado este menú debe estar basado en aquello que ya se tiene en la despensa y solo comprar lo imprescindible. Para ello, lo ideal es tomarse su tiempo para pensarlo bien teniendo todo en cuenta.

Cocinar por lotes y congelar

Si se dispone de espacio en el congelador, este método es ideal para ahorrar. Se preparan grandes cantidades de comida base como guisos o salsas) y se congelan en porciones individuales para reducir el desperdicio y evitar que se termine pidiendo comida rápida. Además, este método permite aprovechar ingredientes antes de que se puedan estropear. Lo ideal es etiquetar cada táper con el contenido y su fecha de cocinado para no olvidarlo en el congelador.

Reutilizar las sobras con creatividad

Las sobras no siempre tienen que ir a la basura. Con un poco de planificación, se pueden transformar en nuevas comidas, por ejemplo, si un sábado de hace un pollo asado, lo que sobre puede ser transformado en croquetas, un extra para una ensalada o un plato de pasta. De igual manera, con unas verduras que sobren, pueden ser transformadas en crema de verduras para cenar.

Aprovechar promociones sin caer en compras compulsivas

Aunque las promociones 3x2 pueden parecer una oportunidad excelente para ahorrar, no siempre lo son si se termina tirando la comida por no consumirla a tiempo. Antes de tomar la decisión de comprar, se debe pensar si realmente se va a consumir ese producto antes de que caduque o si se tiene espacio para almacenarlo adecuadamente.

Almacenar correctamente cada alimento

Muchas veces el problema no es comprar de más, sino que no se conserva bien lo que se compra haciendo que se estropee antes. Por ejemplo, los productos secos como cereales, harinas, frutos secos o legumbres deben ser almacenados en tarros herméticos para evitar que aparezcan insectos o se estropeen por la humedad. Y para no dejar las bolsas de patatas o snacks abiertos sin más, unas pinzas o clips hacen que se conserven mucho mejor.