En el anterior programa vimos como Oriana perdía los nervios como nunca antes lo había hecho al ver que Tony pedía de pretendienta a Mireia y se marchaba del plató llorando desconsoladamente. Habíamos visto a Oriana enfadada muchas veces, pero en esta ocasión la actitud de Tony le había dicho más daño de lo habitual. La pretendienta no quiso tener cita con el tronista y Tony decidió ir a su casa para hablar con ella. Nada más abrir la puerta a todos nos dio la sensación de que Oriana no estaba dispuesta a hacer las paces, pero tampoco esperábamos que sucediera lo que sucedió.

Tony intentó explicarle que la situación de plató no había sido para tanto y que tenía que entender que él tenía que vivir su trono. Sin embargo, Oriana estaba enfadadísima y le dijo que le estaba faltando al respeto, que tenía que entender que ella no era una pretendienta más y que le estaba notando muy crecido en plató. Incluso, le dijo que era un fantasma. Un comentario que hizo que Tony perdiera la paciencia por primera vez y se fuera de su casa.

Minutos más tarde, Tony volvió a intentar hablar con Oriana, pero tampoco tuvo efecto. La pretendienta estaba más molesta todavía y comenzó una ardua discusión con su tronista. Tony haciendo un gran esfuerzo le recordó que ya no era su novia y que no tenía que tratarle de una forma diferente al resto. Una cosa llevó a la otra y Oriana le dijo a Tony que la estaba escupiendo al hablar y el tronista volvió a perder la paciencia. Tony llamó elemento a su ex y le dijo al redactor que él no aguantaba la situación ni un minuto más.

Cuando parecía que todo había terminado, Tony se asomó a la puerta de la casa de Oriana para preguntarle al equipo si ya se iba a marchar y comenzó una gran discusión. Oriana le exigía a Tony que le pidiera perdón y que le mostrara a todo el mundo como era en realidad. Tony estaba a punto de perder las formas por completo y no paraba de repetir que le dejaran salir de allí, pero Oriana no estaba dispuesta a que se marchara de rositas. El equipo de 'Mujeres y hombres' no tuvo más remedio que retener a Oriana para que el tronista pudiera abandonar el domicilio, pero no fue suficiente. Oriana salió corriendo detrás del tronista escaleras abajo. Tony estaba fuera de sí, no soportaba la situación ni un minuto más y terminó estallando.

Después de la tempestad siempre llega la calma y el tronista no suele tardar mucho en tranquilizarse. Tony le pidió a Oriana que bajara al portal de su casa un segundo y le pidió perdón por haberle llamado "elemento". Además, le dijo que esperaba que se lo pensara mejor y que volviera al programa para seguir como estaban, pero Oriana se mostró muy seca y se limitó a darle dos besos y marcharse. Tony no entiende que su relación con Oriana pase de estar muy bien a esos límites y tiene claro que no está dispuesto a aguantar ni una discusión más de ese tipo. Sin embargo, sabe que Oriana es como un caballo cuando se pone así y que por más que intentes que entre en razón no lo consigues.

Oriana también habló tras la discusión y dejó claro que Tony no se merece que le siga pretendiendo, y que su paso por el programa había terminado para siempre. Ella se quiere mucho y no está dispuesta a que la traten como a una más.