José Luis y Marina

Marina consideraba que José Luis había tenido una rabieta de niño pequeño en plató y quiso aclarar con él lo que sentía. El tronista era consciente de ello y quiso dejarle claro a Marina que ella es una de sus chicas preferidas y que no va a cambiar lo que siente por ella de un día para otro. Marina volvió a recuperar la sonrisa pero eso sí, le reconoció que era celosa y que no lo estaba pasando bien al ver como se fijaba en los pechos de una, tenía detalles con otra y le tocaba el culo a una tercera. Solucionados los problemas, los jóvenes se dieron unos cuantos arrumacos y el tronista se conformó con despedirse con un beso en su nariz.