En el último programa nos quedamos con las ganas de saber cual era la sorpresa que José Luis le había dado a Marina durante su mini luna de miel en Granada. Emma no quiso desvelar el secreto y dio paso al vídeo de su última noche en la ciudad andaluza. Los jóvenes disfrutaron de un fantástico jacuzzi y después, una nota llegó a la habitación de Marina en la que le pedían que subiera a la terraza, pusiera la música y se dejara llevar. La pretendienta siguió las instrucciones al pie de la letra, y nada más sonar la música, José Luis entró, se puso de rodillas y fue claro: “Cásate conmigo, sí quieres”. Marina, emocionadísima le contestó: “Sí quiero”.

El plató se volvía loco al protagonizar la primera pedida de mano de su historia. Sin embargo, las opiniones eran muy variadas. Los enamorados, que no dejaban de besarse y tocarse, aseguraron que igual pensaban que era una locura pero que preferían vivir como unos locos a no vivir. Emma indagó un poquito más y quiso saber la fecha, las reacciones de sus familiares… José Luis y Marina, aclararon que la propuesta estaba hecha pero que antes de poner la fecha querían asentar su relación e irse a vivir juntos. Sus respectivas familias no lo sabían y al programa le faltó tiempo para llamarles.

Primero fue el turno de Isabel, la madre de Marina quién se quedó completamente bloqueada y aunque, confesó que ella se había casado con 18 años, aseguró que les notaba demasiado emocionados y pidió a su hija que pasara por casa antes de hacer una cosa así. Le parecía bien pero como muchos, consideraba que era una decisión muy precipitada. Minutos después, tocó el turno de Ramona, la madre de José Luis, y en esta ocasión fue Marina la que intentó darle la noticia provocando muchos nervios en la mallorquina.

Sin embargo, nada más saber la noticia, Ramono se puso muy contenta y comentó que le parecía muy bien, ella apoya a su hijo en cualquier cosa que haga y está deseando ser abuela. Incluso, llegó a afirmar: “¡Vivan los novios!”.

Antes de hablar con las madres de ambos, Emma había querido saber si la pedida de mano había sido fruto de un calentón y le pidió a José Luis que la volviera a repetir. José Luis, encantado se puso de rodillas y volvió a pronunciar las palabras mágicas: “¿Quieres casarte conmigo?”. Marina estaba vez se lo pensó mucho menos antes de pronunciar un nuevo “Sí”.

Pero todo esto pasó hacía varias semanas y a día de hoy, las cosas han cambiado. Emma quiso llamar a José Luis y a Marina para ver como llevaban los preparativos de la boda y se llevó una sorpresa. El tronista respondió al teléfono y lo primero que dijo fue que no se encontraba con Marina. La distancia y las situaciones personales parecen haber hecho mella en su relación.

José Luis intentó explicar que él estaba montando un taller en Mallorca y que Marina tenía que buscar trabajo, ahorrar dinero y que las cosas iban poco a poco pero, algo en sus palabras dejaba ver que la cosa no iba bien. El tronista aseguró que había visto cosas que no le cuadraban demasiado y que necesitaban verse para hablar aunque, él seguía muy ilusionado con la relación. Le preguntaron por terceras personas, celos, dudas, actitudes negativas… y él lo negaba pero no dejaba nada claro. Incluso, se enteró en directo de que Marina había escritos mensajes de Facebook a Rafa Mora.

La cosa no pintaba nada bien y llegaba el momento de conocer la versión de Marina. La joven aseguró que estaban bien pero que ella no sabe llevar las relaciones a distancia y que José Luis quería que hablaran mucho por el teléfono y ella era bastante despistada con el móvil. Fabián le preguntó que por qué no se había ido a vivir a Mallorca y ella no lo dejó claro pero insinuó que José Luis no quería ir tan rápido porque tenía asuntos de trabajo que atender. Respecto al tema de Rafa aclaró que le escribió como a un amigo y que no veía motivos para que José Luis sintiera celos.

Ninguno de los dos decía las cosas muy claras pero, la verdad es que la cosa no pinta nada bien. Tendremos que esperar a que se vean este fin de semana y nos cuenten si sus planes de boda siguen adelante o por el contrario la relación se rompe para siempre.