Iván ha entrado al plató por las escaleras y cuando todo el mundo esperaba que se acercara a besar apasionadamente a Samira, se ha quedado parado y tenía un buen motivo. Iván ha asegurado que estaba enfadado y decepcionado con la tronista porque él se dejó llevar por lo que sintió en el momento que fue a verle y ella le ha tratado como un trofeo. Samira se ha puesto en pie muy nerviosa y con la intención de explicarle a Iván que las cosas no eran así y que él la gusta mucho, pero Iván no iba a dar su brazo a torcer tan fácilmente.