Iván era consciente de que quedaría muy bonito decir otra cosa, pero visto lo visto ha preferido ser sincero y decir que él no quería tener una cita con Bea después de la actitud que estaba teniendo con él. En ese momento, Bea le ha dado un llavero que le había traído de México, para que no pudiera decir que no se había acordado de él, pero las formas no han sido las mejores y él se ha enfadado mucho más: "Toma tu llavero y tus vaciladas y cuando me empieces a tratarme como a una persona, hablamos". Bea no podía creer lo que estaba sucediendo y se han vuelto a enzarzar en un intercambio de palabras, que Emma ha decidido frenar. A Bea le sigue gustando Iván y estaba dispuesta a aclarar las cosas con él en una cita, pero el tronista ha dejado claro que él no sentía nada especial por ella y que no podía tener una cita con ella después de esta situación y de no haber recibido ninguna explicación. Los dos estaban sufriendo por algo que no iba a ir más allá y Bea ha terminado saliendo del plató echa un mar de lágrimas porque se había enganchado a Iván aunque él no se haya dado cuenta.