Toño esperó a Alba a las puertas de la cabaña del amor pero en lugar de dejarse llevar por el encanto del lugar, le pidió que se mantuviera callada para cantarle las cuarenta. Toño está cansado de que a ellos se les tache de sosos en plató y que la tronista no haga nada para defenderles cuando ella tampoco es la alegría de la huerta. Alba intentó estar callada mientras que Toño le hacía un montón de reproches, pero no lo consiguió y quiso que el también conociera su postura. Lo que podía haber terminado muy mal, terminó con los dos jóvenes olvidándose de todo y conociéndose un poquito mejor en la cabaña del amor. Tras una hora sin cámaras, el equipo se encontró con un Toño muy sonriente y con una tronista satisfecha con la cita que acababa de tener. El ratito de intimidad les sirvió para conocerse mejor y que Alba descubriera a un Toño mucho más cercano, sensible y cariñoso del que puede ver cada día en plató. Los jóvenes aseguran que utilizaron el tiempo para hablar, pero también ha reconocido que se habían besado: “Si no hubiéramos tenidos besos, me hubiera extrañado”, aseguraba Toño antes de despedirse de su tronista.