Ainhoa elige a Víctor y rompe el corazón de Erik

Si en el programa anterior, Ainhoa estaba echa un manojo de nervios y aseguraba que no tenía clara su decisión, nada más comenzar su último programa como tronista afirmó que tenía la decisión tomada. Eso sí, también comentó que cualquier detalle podía hacerla cambiar de opinión.
Antes de llegar al momento decisivo de la mañana, teníamos que ver como habían sido las últimas citas que había tenido Ainhoa con sus dos finalistas. Víctor y Erik habían llevado a la tronista a conocer a su círculo más íntimo de amigos y a pasar un rato de intimidad en un hotel. Víctor le presentó a dos de sus mejores amigos, amigos que mantenían una relación estable y que vinieron acompañados de sus parejas y futuras madres de sus hijos. Algo que chocó mucho a la tronista y que Víctor le explicó. Estos amigos habían vivido la vida a tope como él, pero cuando encontraron el amor dieron un giro de 180 grados. Por el contrario, Erik junto a un montón de amigos en un local y les presentó a su pequeña. Un rato muy divertido, en el que los jóvenes bailaron su canción, rieron y Ainhoa descubrió que Erik era la gran persona que ella pensaba.
Después llegaron las citas en el hotel. Dos citas muy similares, en las que los pretendientes prepararon la habitación con pétalos y chucherías para su tronista y le expresaron sus sentimientos. Sin embargo, Ainhoa terminó la cita de Víctor con un beso y con la sensación de que si le eligiera no se equivocaría.
La tensión era máxima en plató, todo el mundo estaba deseando saber cual iba a ser la elección y hacer sus apuestas. Un momento muy tenso para los finalistas, por lo que Emma les dijo que abandonaran el plató para no escuchar las opiniones y poderse relajar. Algo necesario, para que Emma le explicara a Ainhoa cual iba a ser la dinámica de la final. Pipi le entregó dos rosas, una de su color favorito el azul y otra naranja. Ainhoa tenía que entregar la rosa azul al pretendiente con el que quería comenzar una relación y la naranja al que quisiera como amigo. Las opiniones eran muy diferentes, pero parecía que todo el mundo tenía claro que si Ainhoa quería ser feliz tenía que elegir a Erik. El momento de la verdad había llegado.
Ainhoa esperó de pie a sus pretendientes y les entregó las rosas. La flor azul fue para Víctor. Inmediatamente se acercó a Erik: “Gracias por todo, por luchar por mí, por todo lo que me has dado y demostrarme que estás por mí a tope. Sabes que te he dicho lo que siento, pero después de tanto pensar he decidido hacer caso a mi corazón y… mi elección es Víctor”, aseguraba Ainhoa al mismo tiempo que la cara de Erik se transformaba y el público lanzaba una gran ovación.
Erik intentó mantener el tipo y aguantar el profundo dolor que le atravesó el corazón en ese momento, pero cuando sus amigos y los colaboradores se acercaron a abrazarle no pudo más y se derrumbó. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, reflejo del desconsuelo que sentía. Hasta la propia Emma no sabía a quien prestar atención, estábamos contentos por Ainhoa y Víctor, pero ver a Erik en ese estado dividía el corazón de todos. Hasta la propia tronista no pudo evitar emocionarse y llorar al ver a Erik en ese estado.
Unos minutos más tarde, Erik abandonó el plató del brazo de su hermana. Emma felicitó a la pareja, pero no disimuló su preocupación por Erik y le preguntó a la tronista que si quería salir a hablar con él. Ainhoa salió en su búsqueda, pero no pudo hacer mucho. Le dijo que lo sentía mucho y Erik volvió a demostrar que es un caballero. Contuvo sus lágrimas y le dijo: “No sientas nada. Intenta ser feliz y ya está. No pasa nada, disfrútalo e intenta ser feliz. Es tu decisión y no pasa nada, yo siempre te he dicho que hicieras lo que te dijera tu corazón y es lo que has hecho. Yo solo espero que sea feliz y que te haga feliz”, aseguró el pretendiente roto de dolor.
Estábamos ante una de las finales más emocionantes y dolorosas de la historia de ‘Mujeres y hombres’. Un pretendiente enamorado que no podía contener su dolor era la cruz, de una situación en la que la cara de la moneda era el brillo de felicidad en la cara de Víctor y la seguridad que intentaba transmitirnos a todos al decirle a Ainhoa: “No te vas a arrepentir, te quiero tratar como una reina, estar contigo y que seamos felices”.
