Samira ha regresado al plató cargada con todos los regalos que Adrián le había hecho durante su paso como pretendiente. La tronista no sabe cuántos han sido, pero ha querido leer una nota que Adrián le entregó dentro de una botella. Una nota en la que el pretendiente le decía que no quería que su historia terminara nunca y en la que le aseguraba que siempre le iba a tener. Al escuchar estas palabras, Adrián ha entrado en el plató, pero ninguno de los dos ha sido capaz de decir nada.

Tras volver a ver la cita que dejó su relación en la cuerda floja, Adrián ha explicado que no es una decisión que haya tomado de la noche a la mañana y no quiere pasar por alto todas las cosas que no le están gustando de su tronista. "Me quiero quedar, pero me voy a ir", ha dicho el hasta ahora pretendiente de Samira. Una afirmación poco comprensible, pero que ha servido a Samira para que al fin rompa su coraza y le haya pedido que no se vaya. Finalmente, la tensión ha provocado que ambos se acercasen tanto que Adrián ha aprovechado para besar apasionadamente a la tronista. Los ojos de Samira y Adrián se han llenado de felicidad tras el apasionado beso y todo el mundo ha entendido que el pretendiente había cambiado de opinión y que se quedaba en el programa.

Muy afectado por la situación vivida en plató, Omar ha dicho que estaba harto del papelón que se estaba marcando Adrián y ha asegurado que "su jugada ha salido perfecta". A Rubén le ha dolido muchísimo la pasión que ha visto entre los dos y se ha levantado a preguntar a Samira si de verdad quería seguir conociéndole porque él estaba muy ilusionado con la tronista y no entiende a qué viene esta actitud con Adrián. Samira ha intentado explicarles que tienen que entender que le gustan los tres y que ella tiene que dosificar sus sentimientos.