Oliver se calzó el mono de Taekwondo para convertirse en profesor de sus pretendientas y enseñarlas por lo menos un poco de relajación. Desde el primer momento, quiso dejar claro que no se trataba de un deporte sino de un arte marcial y que el respeto era fundamental. Incluso, les comentó que la que se pasara de la raya tendría que hacer unas cuantas flexiones.

La clase comenzó con un calentamiento en forma de carreras y más de una tuvo algún que otro percance. "Me votan las tetas", comentó Amal. Terminado el calentamiento comenzó el turno de las volteretas. María se dio un tremendo golpe, Amal cumplió el objetivo y Carmen se puso nerviosa al tener tan cerca al tronista. "Yo soy el monitor y no se puede tontear conmigo", le comentó Oliver en tono jocoso. Finalmente, la pretendiente se lanzó y se la pegó.

Visto lo visto, Oliver decidió dejar la clase de Taekwondo y sentarse con las chicas a hablar. María fue sincera y le comentó que pensaba que él estaba buscando una chica diez, algo que no gustó a Oliver y aunque, reconoció que le gustaba lo bueno le comentó que si ella no era una chica diez que hacía allí. "Porque quiero conquistarte aunque no sea una chica diez", respondió María.

Casi toda la conversación se centro en ellos dos y la pretendienta volvió a pedirle una cita para poderle demostrar quien era realmente y lo que le podía ofrecer. Incluso, Carmen se interpuso en la conversación y . María

Oliver salió muy satisfecho de la cita ya que les había agradecido a las chicas todo el cariño que le estaban dando y les había dicho que fueran ellas mismas porque a él lo que le gusta el jugar. Algo que María se tomó al pie de la letra: "vamos a jugar que a mí se me da muy bien". Además, el alicantino les mando un mensaje a sus chicas y les aseguró que ellas eran lo que él estaba buscando.

Por su parte, las chicas estuvieron de acuerdo en afirmar que la competencia iba a ser muy dura y que Carmen jugaba con bastante ventaja respeto a las demás.